Pakse y The Bolaven Plateau

En Pakse, puerta hacia el sur de Laos, confluyen los ríos Mekong y Don. Es la capital de la provincia de Champasak, que fue parte del imperio de Angkor, en Camboya, entre los siglos décimo y decimotercero. 


El autobús desde Thakhek llegó a las seis de la mañana. No cogí ningún tuk-tuk porque acababa de ver cómo cruzábamos el río y pensaba que estaba cerca de donde quería ir. De todas formas pregunté, y aunque me dijeron mal la calle, no me desviaron. Luego volví a preguntar nuevamente, y ya me confirmaron la dirección correcta. Unos dos, quizás tres, kilómetros andando cargado con las mochilas. Poca cosa para un manchego en forma. 

Pregunté en varias guesthouses y hoteles, éstos últimos inviables por precio. Pensé que aquí sería todo más barato, pero me equivoqué. Al final opté por la Cheap Cheap Guesthouse, en la calle principal y cerca del río, con una habitación doble con baño y ventilador por 80.000 K. Estaba muy bien, limpia y tranquila. El pero vendría después. En el alojamiento de mochileros al que quería ir, y que estaba muy cerca, no podía ver la habitación hasta las diez y media de la mañana, eran las siete, estaba empapado de sudor, cansado y con ganas de dejar las mochilas, darme una ducha e ir a desayunar. También aproveché para dar mi ropa sucia a lavar temprano, por 10.000 K el kilo, para tenerla a última hora de la tarde de ese mismo día. Mientras siga siendo tan barato, no me compensa perder tiempo lavándola. Lo que sí hice fue un prelavado a mano y con jabón de la ropa que llevé a la última de las cuevas que vi en Vang Vieng, y que estaba especialmente sucia por ir arrastrándonos dentro de ella y sudar tanto en el trayecto de vuelta en bicicleta. 

Desayuné bien, y fui a dar una vuelta por el centro, pero en Pakse tampoco parecía haber mucho donde rascar. Eso sí, es una ciudad bastante más grande que Thakhek, por ejemplo. Más tarde, al ir a ver la habitación individual de la otra guesthouse y preguntar por los tour más famosos a los alrededores de la ciudad, me encontré a dos españoles, y me dijeron que había tres más. Estaban grabando un documental sobre turismo no convencional en Laos, y también la interacción con varias ONGs. O algo similar entendí. Me dijeron que me uniese a ellos en la cena de esa noche, y hablar sobre ir o no también con ellos a The Bolaven Plateau, la zona sobre la que me estaba informando. Las otras opciones pasaban por alquilar una motocicleta automática, sin experiencia y mucho más caras que las semis, o unirme a una excursión en minivan, aún mucho más cara, unos 180.000 K el día. No sabía muy bien qué hacer, pero decidí esperar a ver qué me decían las agencias por la tarde sobre si había grupo o no, y los españoles más tarde.

Descubrí el pero de mi habitación durante la siesta... el calor insoportable que hacía dentro, como cuatro o cinco grados más que en el pasillo, sin exagerar. El ventilador no era suficiente. Aún así, conseguí dormir unas dos horas, normal después de no haberlo hecho durante la noche. 

Me dieron la ropa sobre las siete y poco de la tarde, y luego fui a la guesthouse donde se hospedaban los españoles, pero no les encontré. En la agencia me dijeron que había grupo para el día siguiente, pero debía confirmarles y pagarles en ese momento, y no me acababa de convencer la idea. Le pregunté si podía contestarles a las siete de la mañana del día siguiente, pues salían a las ocho, pero me dijeron que no. Así que les dije que no. Cené en un restaurante indio del que había leído buenas referencias, Jasmin restaurant, también en la calle principal, y con buena comida. Al irme a dormir, si alguna duda me quedaba sobre cambiarme o no de hostal al día siguiente, el calor la disipó enseguida.  

Según me levanté, decidí que probaría a alquilar una motocicleta automática, cara aunque más barata y con más libertad de movimientos que el tour de la agencia, al que de todas formas ya no podía unirme. Al ir a la guesthouse para preguntar si quedaba finalmente una habitación individual, encontré a los dos españoles pagando para irse. No me comentaron nada de la cena de la noche anterior ni del ofrecimiento de irme con ellos, y yo tampoco. Sí había habitación para mí, hice la reserva, una habitación doble por 50.000 K, con los baños compartidos fuera de la misma, y fui a por la moto. 

Me enseñaron a usarla, haciendo una prueba conmigo, primero como pasajero para ir explicándome las cosas, y luego ya como conductor. No parecía difícil. El precio, 100.000 K por un día y 180.000 si eran dos. Me dieron el casco y se quedaronn con el pasaporte. Llevé las mochilas de un hostal a otro. Éste segundo, más preparado para mochileros, como ya comenté anteriormente, se llama Sabaidy 2 Guesthouse.

Champasak y Vat Phou


Y me fui a Champasak, a ver el Vat Phou, las ruinas khmer más grandes fuera de Camboya, y que formaron parte del reino de Angkor. A la moto le cogí el tranquillo pronto. Llené el depósito y pasé el puente sobre el río Mekong. No tardé en ponerla a 60, 70 y 80 km/h, pero bajé después porque no tenía prisa alguna, y el templo sólo estaba a unos cuarenta y cinco kilómetros de distancia de Pakse. Pero allí estaba yo, con una sonrisa incapaz de detener, sintiendo el viendo en mi cara, conduciendo una vesta roja de diseño antiguo (lo siento, olvidé hacerme la foto pertinente), y recordando y cantando "Vespa Special": "...dame una vespa y te llevo de marcha...". 

Al llegar me cobraron 5.000 K por dejar la moto en el parking, y otros ¡50.000! por la entrada. Se notaba que debió ser un emplazamiento imponente, pero no queda mucho actualmente, la verdad, nada que me llamase realmente la atención, ni que me pareciese que mereciese ese precio. Así que, al finalizar, como dentro del museo hay un libro donde te invitan a poner comentarios, el mío fue que es demasiado caro para lo que queda en pie. Mi recomendación es que, por ese precio, más el transporte hasta allí, no vale la pena ir hasta allí.

Vat Phou, en Champasak. Pakse. Abril 2015

Volviendo, paré a medio camino en un restaurante local y comí una sopa de noodles muy buena. Me trataron genial a pesar de no saber inglés. Y ya en Pakse, me paré a ver el nuevo mercado local y zonas colindantes, con mucha más vida local que donde nos alojábamos los turistas. 

The Bolaven Plateau


A la mañana siguiente me levanté muy temprano para que me diese tiempo a realizar la vuelta pequeña, unos 220 kilómetros, al The Bolaven Plateau, un volcán que entró en erupción hace millones de años y que formó un área con un paisaje peculiar. Si hiciese noche en alguno de los puntos intermedios, podría llegar más lejos y hacer la vuelta grande, pero pensé que era suficiente de esa manera. La primera parte, hasta Pakxong, fue más fresca, por la hora, la vegetación y las cascadas. La segunda, un secarral abrasador.

A mitad de camino entre Pakse y la primera parada programada, y según vas ascendiendo lentamente por la carretera, empecé a ver las plantaciones de café y té de la zona. Las principales variedades de café son la arábica y la robusta, famosas en todo el país, y en el resto de Asia, como la weasel de Dalat, en Vietnam, y la luwak de Yogyakarta, en Indonesia. La altitud y temperatura de esta región proporcionan las condiciones idóneas para el crecimiento óptimo de estas plantas. La primera parada fue la catarata Champee, con un entorno tan bonito o más que la propia cascada, y donde se podía bajar hasta abajo por unas escaleras de madera. Su precio, 3.000 K por el aparcamiento y 5.000 por la entrada.

Plantaciones de té y café, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Tad Champee, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Tad Champee, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

La segunda fue la catarata Fane, a escasos metros de la anterior y por la que no pagué nada, pues llegué con la moto hasta el restaurante-resort donde se encuentran los miradores. Las vistas de las cascadas gemelas son espectaculares, con un salto de más de 130 metros de altura. Había un camino por el que bajé durante un rato, pensando que podría llegar hasta la base, pero terminaba de repente. Al volver y preguntar, me dijeron que no se podía bajar, pero sí se podía llegar hasta el comienzo del salto, en una ruta de hora y media de ida y vuelta. Pensé que no tenía tiempo para ello, pero me equivoqué, y sí podría haberme entretenido en ese punto, aunque a posteriori todo es más fácil saberlo. Allí una holandesa me preguntó si quería tomar una taza de café para probar las variedades locales, y al final se tomó ella otro conmigo y estuvimos charlando por un rato. Llevaba dos meses trabajando allí porque se enamoró del paisaje y del estilo de vida de los locales. Su salario era la comida y el alojamiento. Me dijo que ya estaba lista para continuar con su viaje.

Tad Fane, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Tad Fane, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

La tercera y última de ese primer trayecto fue la catarata Yuang, a dos kilómetros de la anterior, y por la que pagué 3.000 K de aparcamiento y 10.000 K de entrada. En ésta existía la opción de subir hasta arriba, y luego hasta abajo, con vistas muy bonitas del lugar, lleno de vegetación fresca.

Tad  Yuang, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Al llegar a Pakxong seguí directamente hacia Thaleng, pues no había nada que ver por allí. En Thaleng paré a comer, y como no sabía nada de inglés, la mujer me explicó la comida que tenía por gestos y sonidos, y acabé comiendo un delicioso arroz frito con carne de vaca y un huevo frito encima, rodajas de tomate y una pequeña sopa, típica cuando pides el arroz frito. Eso y una coca-cola por 15.000 K. ¡Qué maravilla!, ¡así sí!.

Seguí hasta Ban Kok Pung Tai, donde decían que sus aldeanos tienen la tradición de construir sus propios ataúdes mientras están vivos, y una vez fallecidos, su familia los pone ahí, dejando el ataúd debajo de sus casas o en sus granjas. Paré, me bajé de la moto, y los niños vinieron a saludarme. Di un paseo por la aldea, pero no vi ningún ataúd, sólo a unos pequeños cochinillos durmiendo la siesta. ¡Qué envidia!.

Ban Kok Tai, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Desde allí, la siguiente parada era la catarata de Tad Lo, donde tampoco me cobraron nada por pasar. Había leído que desde allí se podía hacer alguna ruta de trekking, y como iba bien de tiempo, empecé a caminar río arriba, hasta encontrar una cascada aún más espectacular que la anterior. Se encontraba a unos dos kilómetros de la primera, por lo que supuse que la mayoría de los turistas no llegaba hasta allí, parándose a hacer las fotos en la de más abajo, y siguiendo con el tour organizado hasta el siguiente punto. Arriba, antes de la caída, había varias personas construyendo un puente, sin protecciones ni arneses. Así trabajan aquí.

Tad Lo, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Tad Lo, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Tad Lo, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Tad Lo, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Seguí mi camino, parando en una gasolinera, pues veía que el depósito llegaría muy justo, y para no arriesgar, quise echar un litro más. Se lo expliqué al chaval, incluso con gestos, y le importó un pimiento, me lo llenó hasta arriba. Y a pesar de decir ¡no, no, stop!, el chaval siguió haciéndose el longis. Le miré con mala cara, y me pidió los 20.000 K que marcaba la máquina. Aunque ganas me dieron de pagarle sólo el litro, al final se lo aboné todo. Pensé que no le importaría nada teniendo en cuenta que la gasolinera estaba en mitad de la nada y este turista tonto no volvería a pasar por allí nunca más. El incidente me cabreó, pero supuse que podría pedir un descuento al dueño de la moto por dejarle el depósito lleno. Y así fue, me rebajó 10.000 K. 

Posteriormente paré en la aldea Huay Hun, donde secan diferentes plantas, para obtener algodón o fibra de plátano, y hacer sus propias prendas a mano. Al llegar, me llamaron desde una casa, y me invitaron a subir y ver sus creaciones. Eran todas mujeres mayores. Me dieron una hoja donde se explicaba, en inglés, el proceso seguido hasta conseguir el producto final, y me enseñaron varias prendas. Por ejemplo, para terminar una bufanda, tardaban un mínimo de una semana. Después me pidieron directamente que comprara, pero le dije que no, aunque no creo que entendiese mis razones, básicamente por el idioma.

Huay Hun, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Huay Hun, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

La última parada de esta agotadora vuelta por el sur de Laos era la cascada Phaxuam, muy ancha y en forma de U. El precio fueron 2.000 K por el aparcamiento y otros 5.000 K por la entrada. En época de lluvias debe estar preciosa.  

Tad Phaxuam, The Bolaven Plateau. Pakse. Abril 2015

Después de ducharme, devolver la moto sana y salva, y cenar, pregunté en mi hostal cómo ir a las 4000 islas, mi próximo destino, concretamente a Don Det, porque hay varias islas grandes a las que poder ir. Me dijeron que ellos mismos vendían los billetes, incluyendo la recogida en el hostal, la minivan hasta el pueblo más cercano, y la barca desde allí a la isla, pero que tenía que decírselo esa misma noche para llamar temprano a la agencia. Después de revisar la información en la web, la conclusión fue que era lo más práctico, aunque no lo más barato. El precio, 70.000 K. Esa noche pagué conjuntamente ese billete y la segunda noche de alojamiento, que me costó 5.000 K menos porque acababan de bajar los precios ese día. Pero a la mañana siguiente, desayunando, me dí cuenta que el propio restaurante vendía los mismo billetes por 10.000 K menos. Le pregunté después al recepcionista y me dijo que el vehículo era distinto, un autobús más grande y lento. Y creo que era verdad, porque en la parada intermedia nos cruzamos con uno de esos. En esta ocasión, la opción elegida fue mejor que el transporte público, que posteriormente me contarían que era un pequeño autobús local lleno hasta reventar de gente y trastos, y donde las cuatro horas de viaje se le hacían a uno eternas. 

En resumen, en Pakse no hay mucho que hacer, pero es el punto de partida de las excursiones hacia el Vat Phou, cerca de Champasak, y, especialmente, hacia el Bolaven Plateau, al que merece la pena ir por visitar sus plantaciones de té y café, y sus famosas cascadas entre una preciosa naturaleza.


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