Al noreste de la isla norte de Nueva Zelanda se encuentra Bay of Plenty, que forma parte de la gran zona volcánica de Taupo. Allí se pueden ver el volcán de la isla White, frente a Whakatane, un pueblo con gran historia maorí, el Mount Maunganui de Tauranga, la ciudad más grande de la bahía, o la garganta Karangahake, cerca de Waihi y una de las maravillas naturales del país. Esta última posee además la mina de oro más rica de Nueva Zelanda.
Después de haber dejado atrás los lagos de Rotorua, llegué a la costa este de la bahía Bay of Plenty, a Whakatane, donde desemboca el río del mismo nombre. También había dejado atrás la lluvia, y no era casualidad, pues éste es uno de los pueblos más soleados de Nueva Zelanda. De hecho, suele registrar durante casi dos meses las temperaturas más altas del país.
Whakatane
Casi
la mitad de la población de Whakatane es de origen maorí, y posee varios
lugares históricos para éstos. Y también es popular por la pesca del atún de aleta amarilla, mayor
que en cualquier otro lugar de Nueva Zelanda.
Conduje
directamente hasta el centro del pueblo, y dejé el coche al lado de la oficina
i-SITE, donde hay una zona de aparcamiento gratuito. Allí pregunté lo que ver
en la zona, y antes de iniciar la excursión, comí algo. Visité primero una
pequeña catarata en pleno centro de la ciudad, y luego fui por el paseo
paralelo al río Whakatane, hasta su desembocadura.
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Pequeña cascada en el centro de Whakatane |
Durante
el mismo pude ver dos lugares espirituales importantes para los maoríes. El
primero fue Mataatua Wharenui, the house that came home (la casa que regresó a
casa), que se reconstruyó en su lugar original después de haber estado en
diversos lugares del planeta. Estaba cerrada aquella mañana. La segunda fue la
Muriwai’s Cave (cueva), muy pequeña. También una reproducción de un barco maorí
antiguo. Así llegué hasta el final, a la desembocadura del río Whakatane,
frente a la pequeña estatua de una mujer de la mitología maorí (Wairaka Statue)
que hay sobre la roca Turuturu, en lo que llaman Whakatane Heads.
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Mataatua Wharenui: the house that came home |
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Entrada de la cueva Muriwai |
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Estatua Wairaka, sobre la roca Turuturu |
Desde
aquel punto ya pude ver la famosa isla White o Whakaari y la incesante humareda
que emite su volcán activo. Hasta allí llega la gran zona volcánica de Taupo de la que ya hablé en otras entradas. Se encuentra a unos 50 kilómetros de la
costa, y la mayor parte de su estructura, que es además la más grande de Nueva Zelanda, se
encuentra bajo el mar, lo que permite que el cráter sea accesible. Se puede
visitar con tours guiados, algo caros, y el casco y la máscara anti-gases son
obligatorios. Es por ello el estratovolcán marino activo más accesible del
mundo.
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El volcán de la isla White |
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Desembocadura del río Whakatane |
Uno
de los senderos que me recomendaron es el Kohi Point Scenic Track, que rodea
toda esa zona y llega hasta la playa Ohope, y después enlaza con el Nga Tapuwae
o Toi Track para regresar a Whakatane en un circuito cerrado. Lo malo fue no tener tiempo
para recorrerlo, porque luego vi fotos del paisaje y merece la pena, por si
vosotros sí tenéis la oportunidad.
Podéis
encontrar más información sobre Whakatane en www.whakatane.com.
Después
de comprar provisiones en un supermercado, conduje hasta Tauranga, haciendo
algún kilómetro de más para evitar la autopista de peaje. Unos 90 kilómetros en total por la carretera número
2. Metido en un atasco, fui siguiendo los letreros que indicaban el centro de
la ciudad, sin saber absolutamente nada sobre la misma. En seguida me quedó muy
claro que se trataba de una ciudad bastante grande. De hecho, Tauranga es la
mayor ciudad de la bahía Bay of Plenty, y la de mayor crecimiento en toda Nueva
Zelanda en las últimas décadas. Ello se debe a su buen clima, que atrae a turistas,
surfistas y jubilados.
Tauranga
Llovía
cuando conseguí aparcamiento gratuito en el centro de Tauranga. Está lleno de
comercios, cafeterías, restaurantes y diversas opciones de alojamiento, aunque
no había mucho ambiente debido al tiempo. El gran puerto de Tauranga
(Tauranga’s Harbour) rodea toda la ciudad, dándole un atractivo costero a la
zona urbana.
Como
siempre, fui al i-SITE para conseguir un mapa y pedir información, y esperé a
que escampase en la biblioteca pública, usando su conexión wifi. Luego paseé
por las calles centrales durante un rato, y por el paseo junto al puerto,
paralelo a la calle principal de esa zona, The Strand. Hay que cruzar una pequeña
vía de tren para llegar al mismo. El cielo grisáceo y los barcos bajo el puente
ferroviario hacían un bonito paisaje.
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Puente sobre el puerto de Tauranga |
Cuando
comenzó a llover nuevamente, regresé al coche y revisé la aplicación Rankers
Camping NZ que ya recomendé en estos consejos para viajar por Nueva Zelanda. Alrededor
de Tauranga hay muchos campings gratuitos, pero casi todos son únicamente para
vehículos con baño propio (self-contained). Encontré uno de los baratos a unos 20 kilómetros del
centro de la ciudad, en el Parque de las Cascadas McLaren (McLaren Falls Park),
que dispone de varias zonas para acampar y pernoctar. Además, es uno de los
puntos recomendables a visitar alrededor de Tauranga, por lo que mataba dos
pájaros de un tiro.
Así
que decidí ir hacia allí. No pude evitar, o no supe, la autopista de peaje de
dos kilómetros saliendo de la ciudad, aunque era en realidad una carretera de
doble sentido. El coste no fue mucho, 1,80 dólares neozelandeses, pero me
pareció algo ridículo al ser una carretera normal y corriente.
Las
puertas del parque McLaren cierran a las 5:30 pm en invierno, totalmente ya de
noche, como entonces, y a las 7:30 en verano, y no se puede acceder después. Cuando
las crucé, me detuve en las primeras instalaciones que encontré, ya cerradas,
pero con un mapa donde pude ver dónde estaban las zonas de camping. Elegí la
que tenía los baños con duchas de agua caliente, que además estaban muy
limpios. Y, por primera vez en Nueva Zelanda, poco después de haber llegado, sí
vino el guardia para cobrarnos los 10 dólares neozelandeses que costaba pasar
la noche allí. Éramos tres coches en la zona.
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McLaren Falls Park |
Aproveché
para preguntarle dónde debía pagar el peaje, pues no hay una entrada o salida,
sólo cámaras que fotografían tu matrícula. Me contestó que podía hacerse por internet en la página web correspondiente, o en cualquier gasolinera, aunque
éstas te cobran una pequeña comisión, y es mejor pagar varios peajes a la vez.
No lo recuerdo muy bien, pero creo que tenía unos 10 días para hacerlo antes de
recibir una multa. También nos avisó a todos de que al día siguiente llegaba
un temporal de mucho frío, algo que ya había oído por la radio, por lo que pensé en
dormir en un hostal la noche siguiente.
No
paró de llover durante la noche, como si las puertas del cielo se hubieran
abierto allí mismo. Empecé el día lloviendo en Rotorua y lo terminaba de la
misma manera. Desperté temprano, y me puse a explorar el parque McLaren,
bastante grande. Fui a una pequeña cascada, subí a un par de miradores, eché un
vistazo a un par de lagos con muchos patos y, finalmente, al salir, tras cruzar
las puertas del parque, me detuve en la famosa cascada McLaren. Es un lugar muy
recomendable, tranquilo, fuera del bullicio de la ciudad, pero apenas a 15 minutos del centro.
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McLaren Falls Park |
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McLaren Falls Park |
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McLaren Falls Park |
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McLaren Falls Park |
Regresé
entonces a Tauranga. El guardia me había comentado cómo evitar la carretera de
peaje la noche anterior. Quería subir al famoso Mount Maunganui, el otro lugar
más popular de la ciudad. Me costó llegar, pues la carretera directa estaba
cortada por obras, y tuve que dar un gran rodeo, utilizando el gps del
teléfono.
Mount
Maunganui es el nombre de uno de los pueblos costeros más populares de Nueva
Zelanda. En realidad es una península que encierra el puerto de Tauranga en su
parte interior, y con una extensa playa de arena en su parte oceánica, que
continua hasta Papamoa Beach, muy popular entre los surfistas.
En
el extremo de la península se encuentra el monte Maunganui o Mauao, un volcán
inactivo de unos 230
metros de altitud. Hay varias rutas hacia su cumbre, que
difieren en pendiente y dificultad.
La
zona, con cafeterías, restaurantes y comercios varios frente a la costa, ya
estaba llena de coches, así que tuve que andar un rato desde donde aparqué el
mío. La lluvia de la tarde y noche anterior habían dejado un precioso y soleado
día, y se notaba que la población local quería aprovecharlo en la playa. De hecho, tuve que quitarme todas las capas de abrigo que
llevaba mientras subía debido al calor y al esfuerzo. Pero mereció totalmente
la pena. Las vistas del océano Pacífico, la playa, el puerto y el centro de
Tauranga son espectaculares desde allá arriba.
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Playa de Mount Maunganui |
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Playa de Mount Maunganui y monte Mauao |
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Vistas del puerto y centro de Tauranga, y la isla Matakana desde Mount Maunganui |
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Vistas del océnao Pacífico y la isla Matakana desde Mount Maunganui |
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Vistas de Mount Maunganui, Papamoa Beach, el puerto de Tauranga y el océano Pacífico |
Waihi
Waihi
es una pequeña población de apenas unas calles pero que posee la mina de oro
más rica de Nueva Zelanda, y que aún produce oro y plata por valor de cerca de
un millón de dólares cada semana… La mina Martha, en pleno centro de Waihi, abrió
en el año 1878, y ver el tajo abierto desde arriba ya es impresionante. Existen
tours guiados para visitarla.
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Mina de oro abierta Martha |
Esta
mina se encuentra justo en frente de la oficina de información i-SITE, donde,
como siempre, me brindaron una ayuda inmejorable. No llovía en Waihi cuando
llegué, pero el cielo anunciaba que no tardaría en hacerlo, así que quería ver lo más
relevante cuanto antes. Di un paseo por el centro del pueblo, casi una aldea,
sin ningún atractivo aparente más allá de la mina y de algún edificio antiguo.
Conduje
entonces hasta las cercanas cascadas Owharoa, geniales para darse un chapuzón
con buen tiempo, y después, hasta la garganta (gorge) Karangahake. Se considera una de las maravillas de Nueva Zelanda, y forma parte de la
historia de los pioneros y la minería del oro. Además, se encuentra en uno de
los extremos del Parque Forestal Kaimai Mamaku, al que también se puede acceder
desde cerca de Tauranga y el Parque McLaren Falls, y que cuenta con cabañas,
refugios y 300
kilómetros de senderos.
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Cascada Owharoa |
A
veces chispeando y a veces despejado, recorrí un sendero circular que conecta
las dos rutas más populares del lugar. La primera es el sendero Hauraki Rail
Trail, de 82
kilómetros , sin dificultad, orientado a ciclistas y que termina en Thames, en la Península de Coromandel.
Atraviesa el antiguo túnel ferroviario de 1.100 metros de
longitud, donde reina una oscuridad absoluta. Era la antigua línea ferroviaria
entre Waihi y Paeroa que se cerró en el año 1979. No contaba con aquello, y
había dejado mi linterna frontal en el coche, así que sólo tenía la luz del
teléfono, que es lo que es, dándome una visibilidad muy reducida. El trayecto
se me hizo eterno por ello, y también porque debía ir con cuidado, pues el agua
se filtraba por las paredes y el techo del túnel formando charcos. Salir fue
todo un alivio.
Tanto
el comienzo como el final de ese túnel enlazan con la segunda ruta, el sendero Karangahake
Gorge Historical Walkway, que sigue el curso del río Ohinemuri a través del acantilado
y las montañas, en un entorno natural espectacular. Durante el mismo encontré
antiguas construcciones mineras derruidas y otras “reliquias” de la época de la
fiebre del oro.
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Garganta Karangahake y río Ohinemuri |
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Garganta Karangahake y río Ohinemuri |
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Garganta Karangahake y río Ohinemuri |
A
partir de este segundo camino comienzan también los senderos Crown Tramway
Track y Windows Walk. Yo elegí recorrer este segundo. Para ello tuve que subir
varios tramos de escaleras, llegando a un túnel con algunas aberturas o
ventanas al acantilado, especialmente al comienzo. Luego venía un tramo largo y
oscuro, muy encharcado, donde era imposible no mojarse las zapatillas, y las
mías no eran impermeables. Una familia delante de mí decidió volver en ese
punto y por esa razón, y yo, después de explorar algunos metros más, hice lo
propio.
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Garganta Karangahake y río Waitawheta |
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Garganta Karangahake y río Waitawheta desde Windows Walk |
Aún quedaba un rato hasta el anochecer, así que decidí conducir hacia la Península de Coromandel, y dormir más cerca para visitarla al día siguiente. Me desvié 13 kilómetros de la carretera principal para ver Pauanui, una pequeña aldea que había leído que era bonita. Me pareció una villa con casas caras, donde la playa era la verdadera estrella. Lo que sí es curioso son los adoquines amarillos y rojos que forman sus calles centrales.
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Playa de Pauanui, con Tairua y Mount Paku al fondo |
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Playa de Pauanui |
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Playa de Pauanui |
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Playa de Pauanui, con Tairua y Mount Paku al fondo |
Frente
a dicha playa se encuentra otra pequeña población, Tairua, mi primera opción
para pernoctar, pues había visto varios hostales para mochileros. También su famoso Mount Paku, al que te lleva un camino no muy largo, y desde el que las vistas hacia la playa, el estuario, el océano y las islas cercanas son impresionantes. No obstante, comenzó a llover fuerte de nuevo, y no pude subir al mismo.
Quizás por error se me había quedado grabado en la mente que llegaba un frente muy frío esa noche y ni siquiera contemplé la opción de volver a dormir en la campervan. Y quizás también fuese porque comenzó a llover de nuevo, o porque era una temporada totalmente baja en cuanto a turismo, pero encontré dos de aquellos hostales cerrados, y en el otro, me atendió una señora bastante borde. A pesar de tener el hostal completamente vacío, no me quedé, porque parecía que no quería clientes.
Quizás por error se me había quedado grabado en la mente que llegaba un frente muy frío esa noche y ni siquiera contemplé la opción de volver a dormir en la campervan. Y quizás también fuese porque comenzó a llover de nuevo, o porque era una temporada totalmente baja en cuanto a turismo, pero encontré dos de aquellos hostales cerrados, y en el otro, me atendió una señora bastante borde. A pesar de tener el hostal completamente vacío, no me quedé, porque parecía que no quería clientes.
Decidí entonces llegar hasta la que tenía anotada
como mi primera visita en la Península de Coromandel, Hahei, disfrutando del paisaje. Llegué ya de
noche, lloviendo, y después de haber hecho otra parada. Pero eso lo contaré en
la próxima entrada.
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Paisaje cerca de Tairua. Península de Coromandel |
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Paisaje cerca de Tairua. Península de Coromandel |
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