Luang Prabang y las cascadas Kouang Si

Luang Prabang, considerada una de las joyas del sureste asiático, te sorprende con un centro histórico plagado de edificios de arquitectura colonial francesa, templos, panaderías y su famoso mercado nocturno. La naturaleza de sus alrededores invita a realizar multitud de actividades al aire libre.

Centro histórico de Luang Prabang, Laos
Centro histórico de Luang Prabang. Marzo 2015

Después de unas tres horas y media, por fin llegamos a Luang Prabang. El viaje desde Nong Khiaw resultó muy incómodo. Tomi y yo, los pasajeros más altos con diferencia, fuimos en los asientos con menos espacio de la minivan, los de atrás, mientras que dos pequeñas asiáticas que iban delante nuestro tenían el infinito entre sus rodillas y los siguientes asientos. Obviamente no le dijimos nada, esas cosas salen de uno mismo. Afortunadamente para mí, había un hueco por el que sacar la pierna derecha sin molestar a la chica que iba delante, aunque le pedí el favor igualmente. Pero la otra pierna, la izquierda, llegó echa trizas. Eso sin contar el primer viaje de la mañana, desde Muang Ngoi a Nong Khiaw en barca, en el que acabé algo mojado.


Luang Prabang


Allí, en la estación de minivans que está justo en frente de la de autobuses del sur de Luang Prabang, tomamos un tuk-tuk hacia el centro, concretamente hacia una guest house que habíamos ojeado durante el camino. Pero no nos gustó, así que, con las mochilas a cuestas, seguimos viendo algunas más. Finalmente paramos a comer y reponer fuerzas, y después, Tomi y yo nos fuimos a seguir buscando, mientras Terhi se quedaba con las mochilas grandes en el restaurante. Fue curioso ver cómo los precios pasaban de 80.000 - 100.000 K en los hostales "más baratos", a 30 y 50 dólares, no había un término medio. 

Elegimos una que resultó ser la misma donde ellos se habían alojado seis años atrás, Sokdee Guesthouse, en el centro de la ciudad vieja. Conseguimos rebajar el precio de las habitaciones dobles, y dejarlo en 80.000 K para ellos y 70.000 K para mí por estar solo. Estaba bien situada, a cinco minutos andando del mercado nocturno. Tenía agua y café de sobre gratis. El único pero es que a media mañana el baño empezaba a oler fatal, y por la noche burbujeaba algún tipo de gas a través del baño. En general, estaba bien.

Centro histórico de Luang Prabang, Laos
Centro histórico de Luang Prabang. Marzo 2015

Como se nos había hecho tarde, acabamos saliendo directamente para cenar, y lo hicimos en un pequeño local muy barato y con buena comida, y en el que repetí en otra ocasión posterior. Paseamos después por el mercadillo nocturno, pero prácticamente ya estaba recogido a pesar de ser sólo las 21:30, pero aquí tienen otro horario. Tras tomar un delicioso crepe de banana y nutella, nos fuimos a descansar al hostal.

Quería levantarme temprano para ver las habitaciones del otro hostal más barato para mochileros, que estaba algo más alejado, antes de juntarme nuevamente con la pareja. Llegué al sitio indicado en el mapa, pero no había nada. Recorrí las calles aledañas sin éxito. Pregunté varias veces y me acabaron mandando más lejos, pero aún así seguí sin encontrarlo. Lo que sí encontré fue una tienda de deporte donde compré una nueva gorra blanca, ¡la reencarnación de Wilson! que perdí en Doi Mae Salong, en el norte de Tailandia. Al final lo dejé por imposible.

Después de desayunar tranquilamente en una terrada al lado del río Mekong con Tomi y Terhi, dimos una vuelta por el casco antiguo de la ciudad, comprobando que se paga absolutamente por todo, incluso por cruzar un par de pequeños puentes de bambú sobre el río Khan (sólo se puede hacer en la estación seca). Tampoco pagamos por ver alguno de los templos recomendados, porque parecían similares a los tailandeses.

Río Mekong en Luang Prabang, Laos
Río Mekong en Luang Prabang. Marzo 2015

Río Mekong en Luang Prabang, Laos
Río Mekong en Luang Prabang. Marzo 2015


Templo en el centro histórico de Luang Prabang, Laos
Templo en la calle principal del centro antiguo de Luang Prabang. Marzo 2015

Lo que sí hicimos fue subir a la pequeña colina que hay en esa parte de la ciudad y donde se encuentra el templo That Phu Si, con sus correspondientes 20.000 K por la entrada. El templo en sí no tenía nada, y durante la bajada te encuentras con sitios donde te invitan a ver el pie de Buda. Sinceramente, a mí me pareció sólo un trozo de roca pintado de papel de oro, pero hay que respetar todas las creencias. Por lo que realmente merece la pena subir allí es por las magníficas vistas que se tienen de la ciudad y el río.

Vistas de Luang Prabang desde el templo That Phu Si, Laos
Vistas desde That Phu Si de Luang Prabang. Marzo 2015

Vistas de Luang Prabang desde el templo That Phu Si, Laos
Vistas desde That Phu Si de Luang Prabang. Marzo 2015


Templo That Phu Si, Luang Prabang, Laos
Imagen de Buda en That Phu Si de Luang Pranbang. Marzo 2015


Durante la siesta no conseguí dormir nada, y fui a ver el Royal Palace, que actualmente es un museo. Ya estaba cerrado, pero al menos pude verlo por fuera. Luego encontré una calle pequeña, perpendicular a la principal, donde había lo que me pareció un pequeño mercado local de comida. Poco después volvimos a encontrarnos con Tomer y Silvia, que habían reservado un par de noches en un hotel muy chulo por ser las últimas noches de viaje para ella, que regresaba a Barcelona.

Royal Palace. Luang Prabang, Laos
Entrada al Royal Palace. Luang Prabang. Marzo 2015


Para cenar les llevé a esa pequeña calle, resultando estar repleta de turistas comiendo muy barato, en puestos con buffet donde lo mezclabas todos en un plato y luego te lo freían. Una mezcla de sabores sin sabores. Yo añadí lo que creía que eran chorizos, pero estaban dulces, no sé, algo raro. Y como no podía ser de otra manera, coincidimos en la mesa con otros cuatro españoles por casualidad. Después de cenar fuimos todos a tomar algo dulce al mercado nocturno de Luang Prabang.

Callejuela de comida. Luang Prabang, Laos
Callejuela de comida. Luang Prabang. Marzo 2015



Las cascadas Kouang Si


Al día siguiente fuimos a la catarata Kouang Si, muy famosa en la zona, y que cuenta con varias cascadas intermedias de menor tamaño que forman piscinas naturales en distintos niveles, como las que vi meses después de el Parque Nacional de Erawan, en Tailandia. Por supuesto, con este grupo, empezamos muy tarde cualquier cosa, así que cuando llegamos a las cascadas Kouang Si aquello reventaba de turistas, y eso que íbamos avisados y con recomendaciones de ir temprano... yo con este ritmo no puedo, me desespera. No es que lleve prisa alguna, pero es que se te pasa el día sin hacer prácticamente nada.


La entrada fueron 20.000 K, y el tuk-tuk que nos llevó allí y esperó durante dos horas para la vuelta, otros 30.000 K por persona, es decir, 150.000 K el total. Los baños públicos a la entrada estaban realmente asquerosos, así que en la medida de lo posible, intentar evitarlos. Nada más entrar hay una zona de osos vallada.

Zona de osos en la cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Después ya empiezas a ver las piscinas naturales de agua azul turquesa y las cascadas más bajas. Todo es muy bonito, exceptuando las hordas de turistas que lo invaden a esas horas, y que se tiran a las piscinas más grandes desde las ramas de los árboles colindantes.

Cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Al llegar a la cascada con mayor caída, Tomi, Terhi y yo subimos a la montaña donde comenzaba, mientras que Tomer y Silvia prefirieron darse un chapuzón. 

Cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

El grupo en la cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015


El camino hacia arriba tenía mucha pendiente, y algo resbaladizo en algunos momentos, ya empezaba a temer la bajada. Al llegar a la cima, me sorprendí de lo bien que lo tenían montado, con vallas de madera y bambú justo antes de la misma caída, por lo que las vistas era espectaculares. Eso sí, antes tuve que quitarme las zapatillas para entrar en la parte de agua, que te llegaba, en algunos puntos, hasta casi las rodillas, por lo que había que extremar el cuidado porque la superficie de la piedra mojada era muy resbaladiza.

Cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Cascada Kouang Si desde arriba. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Vistas desde la cascada Kouang Si, en Luang Prabang, Laos
Vistas desde la cascada Kouang Si. Alrededores de Luang Prabang. Marzo 2015

Antes de iniciar la bajada, por el extremo opuesto, y mucho más fácil al tener escalones, vimos una indicación hacia otra catarata y cueva a tres kilómetros de distancia. Pero ya no teníamos más que el tiempo justo para llegar al aparcamiento. Mi recomendación en este sentido es pagar sólo el trayecto de ida, y luego volver en cualquiera de los tuk-tuk de regreso, y así puedes estar el tiempo que quieras. De esta manera, o subes arriba, o te bañas en las piscinas.

Aprovechamos el viaje de regreso para parar en la estación sur de autobuses y comprar los billetes para el día siguiente, aunque eso nos costó otros 20.000 K entre todos. El autobús hacia Vang Vieng era de dos pisos, saldría a las 9:30 de la mañana, costaba 105.000 K, con una comida en el camino incluida, y tardaría dos horas más que la minivan, que tenía el mismo precio. Eligieron el autobús frente a la minivan porque pensaron que, en un trayecto de tantas curvas, la minivan sería más incómoda, pero éste tampoco resultó ser la panacea.  

Al llegar al centro, Tomi se fue al hotel de Tomer y Silvia para utilizar su gimnasio, mientras que Terhi y yo fuimos a comer algo, y después a descansar a nuestro hostal. Por la noche, la pareja prefirió tener una cena romántica en su hotel, y yo me fui con los finlandeses a dar otra vuelta por el mercado nocturno, y cenar algo en un restaurante local que había visto Tomi de vuelta. Éste resultó barato y con buena comida, como siempre que encontramos uno así lleno de locales, es sinónimo de éxito. Allí nos encontramos a los propietarios del resturante buffet de Muang Ngoi.

Centro histórico de Luang Prabang, Laos
Centro histórico de Luang Prabang. Marzo 2015

En resumen, claro que recomiendo pasar unos días aquí en un viaje por Laos, y especialmente, ir a las cascadas Kouang Si, sin duda lo mejor de estos días, y tomar algo en alguna de las terrazas que miran al río Mekong. Pero lo cierto es que no me pareció que tuviese algo realmente especial (e igual al resto del grupo), no sé si por las altas expectativas que tenía sobre Luang Prabang después de leer tantas líneas buenas sobre ella. Dicen que es una de las ciudades más bonitas del sureste asiático, así que supongo que será porque apenas he visto casi nada aún y la valoraré mejor dentro de unos meses, ya veremos.

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