Picton y el ferry entre las islas de Nueva Zelanda

Picton es una pequeña población que no tiene mayor interés que servir de puente entre las dos islas de Nueva Zelanda a través del ferry hacia Wellington, la capital. A pocos distancia se encuentra Blenheim, tierra de viñedos y bodegas. Lo mejor de esta tierra son las vistas desde la carretera Queen Charlotte Drive.


Picton, Nueva Zelanda
Picton

Desperté temprano, y después de desayunar, partí desde Nelson hacia Picton. Llegué a Havelock, un poblado muy pequeño de pasado minero, que actualmente es conocido por su mejillón verde. Se encuentra en la unión de dos ríos, y posee algunos edificios de estilo colonial. Di un paseo también por su puerto, pero no me quedé mucho tiempo, porque no había mucho que ver o hacer por allí.

Lo mejor estaba por venir. En lugar de seguir por la carretera número 6, me desvié hacia la carretera Queen Charlotte Drive. Tiene 35 kilómetros de longitud, con muchas curvas, pero está recomendada por sus vistas, y no me defraudó, a pesar de que lloviznaba aquella mañana. 

En seguida llegué al primer mirador, desde el que se veía Habelock y, al otro lado, el fiordo. 

Havelock, Nueva Zelanda
Havelock

Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Fiordo cerca de Havelock. Queen Charlotte Drive

Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Fiordo cerca de Havelock. Queen Charlotte Drive

Vistas desde la Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Vistas desde la Queen Charlotte Drive

Vistas desde la Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Vistas desde la Queen Charlotte Drive

Vistas desde la Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Vistas desde la Queen Charlotte Drive

Vistas desde la Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Vistas desde la Queen Charlotte Drive


Picton


Otros miradores estaban ya más cerca de Picton. En el primero vi algo que me sorprendió y entristeció, un muelle lleno de troncos de madera. Nueva Zelanda me defraudó, en ese momento, porque siendo un lugar que promociona su naturaleza, corta, por otro lado, miles de árboles. No había visto ninguna zona talada durante mi viaje por la isla sur, pero sí los encontré posteriormente en la isla norte, en varios puntos. El otro mirador estaba justo en la colina antes de llegar al pueblo, con vistas magníficas del mismo y el fiordo. 

Muelle de madera de Picton, desde la Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Muelle de madera de Picton. Queen Charlotte Drive

Muelle de madera de Picton, desde la Queen Charlotte Drive, Nueva Zelanda
Muelle de madera de Picton. Queen Charlotte Drive

El puerto es lo primero que encuentras, desde el que parten y al que llegan los gigantescos ferries que conectan las dos islas de Nueva Zelanda, Picton, en la sur, y Wellinton, la capital del país, en la norteEl mío, con la compañía Bluebridge, no salía hasta las 14:00 del día siguiente, porque no había podido conseguir uno aquel mismo día. En realidad, fue la compañía de alquiler de la campervan, Spaceship, la que lo gestionó, pues el pase para el vehículo, 120 dólares neozelandeses, estaba incluido en la recolocación. Yo sólo tuve que pagar mi billete personal, 53 dólares . 

La otra compañía de ferry es Interislander, pero la recomendación que aplica a ambas es reservar con antelación, especialmente si se lleva vehículo. 

Picton se construyó alrededor de un puerto resguardado, y sirve de base para visitar las islas y estrechos de Marlborough Sounds. Como es un pueblo pequeño y tendría toda la mañana siguiente para verlo, decidí conducir hasta Blenheim, a 25 kilómetros al sur. Entre medias, eché un ojo a un camping gratuito con sólo doce plazas, el Collins Memorial Reserve. Está al lado de la carretera, cuenta con baños públicos, y parecía tranquilo, un buen lugar para domir. 

Seguí hasta Blenheim, la ciudad más grande de la región Marlborough. Paré directamente en la oficina i-SITE, al lado de la estación de ferrocarril, donde me explicaron lo que ver en la zona. El área que rodea la ciudad está llena de viñedos y bodegas, lo que le convierten en uno de los principales centro de la industria vinícola en Nueva Zelanda. Varias de ellas pueden visitarse, siendo una de las principales atracciones turísticas de Blenheim, aunque yo no estaba interesado en ello. 

Compré algo de comida ya preparada en el supermercado Countdown, que tenía descuentos, como ya comenté en estos consejos generales para viajar por Nueva Zelanda. Y después di una vuelta por las calles centrales del pueblo, algo desierto aquel domingo, exceptuando las cafeterías. 

Regresé entonces al camping, y sólo había un coche más aparcado. Luego fueron llegando más. Entre tanto, caminé por un camino que llevaba a diversas granjas cercanas para hacer algo de tiempo. Cuando volví, empecé a charlar con el dueño del otro coche, un chaval joven que resultó ser francés. Tenía la Working Holiday Visa, y llevaba durmiendo en ese camping ¡dos semanas!, esperando para comenzar a trabajar en Blenheim al día siguiente. Se llamaba Julian, y me pasó varias películas que llevaba en su portátil para verlas en mi tablet durante las largas y aburridas noches invernales de Nueva Zelanda en mi campervan.   

Como cada día, deperté temprano, desayuné y volví a Picton. No vi a Julian, así que no pude despedirme de él. Por si acaso, me acerqué hasta las oficinas de Bluebridge para preguntar si había una salida anterior a la mía, pero su respuesta fue negativa, sólo hacían una al día. Paseé por las calles centrales de Picton, y por un parque junto a la orilla. Hay un Museo de Cazadores de Ballenas allí al lado, pero estaba cerrado por remodelación aquel día. 

Conduje entonces hasta Waikawa, una pequeña aldea cercana, que más parecía un barrio de Picton. Tiene un pequeño paseo en la costa, y muchos barquitos de recreo que ya navegaban por el fiordo. Sin mucho más que hacer, esperé el resto del tiempo en la oficina de Bluebridge, con conexión wifi gratuita. 


Waikawa, cerca de Picton, Nueva Zelanda
Muelle de Waikawa

Una hora antes de partir, comenzó el check-in, y nos fueron situando a todos los vehículos en varias filas ordenadas para entrar al ferry. El viaje fue tranquilo, aburrido, a pesar de que las aguas del estrecho Cook que separan ambas islas son unas de las más peligrosas del mundo, por las mareas cambiantes y un clima habitualmente tormentoso. 

Salí varias veces fuera, aunque el viento helado me hacía volver poco después. Las vistas, sin duda, es lo mejor de un trayecto que dura unas tres horas y media. El mío llegó con media hora de retraso.

Vistas desde el ferry de Picton a Wellington, Nueva Zelanda
Vistas desde el ferry de Picton a Wellington

Vistas desde el ferry de Picton a Wellington, Nueva Zelanda
Vistas desde el ferry de Picton a Wellington

Vistas desde el ferry de Picton a Wellington, Nueva Zelanda
Vistas desde el ferry de Picton a Wellington

En resumen, Picton no es un lugar muy interesante, pero es necesario en un viaje por Nueva Zelanda si coges el ferry para cruzar entre las dos islas. 

Comparte esta aventura:

Publicar un comentario

 
Copyright © La Aventura del Dragón.