Semporna y el buceo en la isla Mabul

Semporna es una ciudad costera al este de Sabah, y la puerta de entrada a muchos de los mejores lugares de buceo de la región, incluso del mundo. Sipadan es la joya de la corona, considerada como uno de los diez mejores lugares del mundo para hacerlo. La isla Mabul es otra maravilla de la naturaleza.

Semporna. Octubre 2015.

El trayecto en autobús desde Sandakan hasta Semporna fue tranquilo, pero llegamos alrededor de las ocho y media de la noche. No llevaba reserva de hostal, ni había preparado un mapa para saber dónde estaba Borneo Global Sipadan Backpacker, al que quería ir. Pregunté a varias personas, pero no lo conocían. Me acerqué a un KFC que vi mientras caminaba, porque en otras partes de Malasia, éstos contaban con wifi gratuita, y podría mirar google maps. Pero no era el caso de éste. Pregunté al encargado si podría mirarlo él en su móvil, y lo que hizo fue darme acceso a su conexión. Miré el mapa y el lugar estaba a unos diez minutos andando. Le di las gracias y me fui.

Llegué al hostal, y afortunadamente tenían cama libre en un dormitorio de ocho, con el baño dentro y desayuno incluido por 27 ringgits. Ya llevaba una idea de lo que quería contratar para bucear al día siguiente. Me confirmaron que necesitaba reservar con tres días de antelación si quería ir a Sipadan, así que lo descarté. Las inmersiones del día siguiente estaban planificadas hacerlas cerca de la isla Mabul, de la que también me habían hablado bien. Así que fue lo que contraté, por 310 ringgits, equipo, transporte y comida incluido. Si me gustaba, siempre podría quedarme otro día, pero llevaba dos años sin bucear, y nunca me había gustado tanto como para estar varios días seguidos haciendo tres y cuatro inmersiones diarias. Así que si no había cambios, cogería el bus nocturno hacia el Parque Nacional Kinabalu al día siguiente.


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Cené en un restaurante chino situado en frente del hostal, fui a sacar dinero a un cajero, pues había pagado todo con tarjeta, preparé la mochila pequeña para el día siguiente, y me acosté pronto. Y aún así, casi todos dormían ya en el dormitorio cuando llegué.

Tenía que estar listo a las siete y media de la mañana, así que me levanté con tiempo para desayunar tranquilamente, sólo un par de tostadas y un vaso de té, y hacer el check-out, pues no sabía si me queda´ria más días. Allí coincidí con una española de San Sebastián y una mejicana que también vendrían en mi grupo. Además de ellas, había una holandesa y una australiana. Y luego tres monitoras, aunque una de ellas, Piik, una chica tailandesa, en realidad estaba obteniendo la certificación de Dive Master. Las otras cuatro chicas habían buceado los días anteriores, así que fui el único que se tuvo que probar el material antes de partir.

Durante el trayecto en bote, menos de una hora, nos dividieron en dos grupos. Yo iría con Rose Mary, la australiana, y que también tenía el Open Water, con Piik e Ivana, la instructora Padi jefa (número 356300), inglesa pero que hablaba castellano perfectamente, pues había vivido un tiempo en Málaga. Ésta, a petición mía por llevar dos años sin bucear y menos de diez inmersiones en total, me dio una buena charla recordatorio de todo, señales, lo que tenía que comprobar del equipo de mi compañera y ella del mío, etc. No me acordaba ni del peso que tenía que ponerle al cinturón, así que empezamos por seis.

Las tres inmersiones que hice ese día, todas cerca de la isla Mabul, y que resumo a continuación, también me servirá como diario de buceo, aunque al final no anoté la hora de entrada y salida a pesar de que me dieron el dato:

1 - Eel Garden: 18,9 metros de profundidad, 54 minutos dentro, 29 grados centígrados de temperatura del agua, y muy buena visibilidad, de unos 10 metros de distancia. Vimos muchos peces cocodrilos, algunas morenas, y muchos otros tipos de peces que no supe identificar. El otro grupo vio además varias tortugas. Fui el primero que gastó el aire, igual que en el pasado. Ivana me comentó que aún no respiraba bien y no conseguía flotabilidad neutra, la ideal, en la que no vas ni hacia arriba ni hacia abajo cuando respiras, que era lo contrario que me sucedía a mí. Pero me dijo que me vio tranquilo y sin mover mucho las aletas, y después de dos años y pocas inmersiones, eso era bueno. También me corrigió algunos errores que cometí, y que llevaba algunas pesas del cinturón atrás, en lugar de en los laterales. No obstante, me vi sorprendentemente bien y, lo más importante, tranquilo, después de tanto tiempo. La verdad es que Ivana me transmitía seguridad y tranquilidad, y nunca antes había visto tanta vida marina, y tan variada.

Le pregunté cómo era Sipadan con respecto a aquello, y me dijo que la visibilidad era mejor y se veían muchas más especies de peces, cómo varios tipos de tiburones pequeños. De hecho, la holandesa buceó allí el día anterior y vio unos cuántos, y muy cerca. No obstante, Ivana me dijo que ya no enviaban allí buceadores únicamente con el Open Water, sólo los del Advance. La razón era que las corrientes también eran mayores, y que los Open no sabían bucear aún del todo bien, y hacían que los otros compañeros no disfrutaran todo lo que deberían, y después del precio que habían pagado no era muy apropiado. Pero me dijo que ellos ofertaban realizar el curso Advance con tres de las inmersiones allí en Sipadan, muy bien de precio. Y era verdad, pero no estaba en mis planes hacerlo por el momento. Hicimos un breve descanso y nos desplazamos al siguiente punto.

Las instructoras, Ivana y Lola. Isla Mabul. Octubre 2015.

2 - Lobster Wall: pared de 40 metros de profundidad, donde llegamos hasta los 21 metros, 54 minutos dentro, 30 grados centígrados de temperatura del agua, y buena visibilidad, de unos 8 metros de distancia. La corriente era fuerte, por lo que después de unos minutos, cambiamos de dirección. También vimos muchos peces en esta zona, y varias tortugas, algunas de ellas muy grandes. En esa ocasión me costó compensar el oído izquierdo, e Ivana me ayudó sujetándome mientras subíamos un poco, y luego volvimos a bajar hasta que lo conseguí.

Al finalizar, nos movimos al lado de uno de los resorts de la isla Mabul, donde paramos a comer algo sencillo. Ivana me dijo que hay muchos locales que ni siquiera han visto Semporna. Viven de la pesca y del aceite de palma que extraen de las palmeras. Hay granjas de langostas, algas, ostras, etc. Y los niños no van al colegio. Las vigas de las casas están en el mar. Es decir, son más como villas flotantes. Allí mismo había una antigua plataforma petrolífera que ahora utilizaban también para el turismo.

Piik tenía que pasar la prueba de nadar 400 metros sin parar en no recuerdo cuánto tiempo. La mejicana se le unió. Piik iba muy lento, pues luego me contó que llevaba varias pruebas duras, transportando a Lola, la otra instructora, a peso. Y yo, que soy tonto, al final me apunté, saliendo unos 150 metros después. Terminé prácticamente al mismo tiempo que la mejicana y mucho antes de Piik. Y digo tonto porque inmediatamente después comenzamos la última inmersión muy cerca de allí, sin tiempo para descansar.

Isla Mabul. Octubre 2015.

Isla Mabul. Octubre 2015.

Antigua plataforma petrolífera. Isla Mabul. Octubre 2015.

3 - Paradise II: 17,7 metros de profundidad, 53 minutos dentro, 30 grados centígrados de temperatura del agua, y buena visibilidad, de unos 8 metros de distancia. Allí había un barco, y la corriente también era fuerte, por lo que volvimos a cambiar de dirección. Fuimos por otro sitio diferente al planeado, y ni siquiera Ivana lo supo hasta que salimos a la superficie. Vimos dos tortugas gigantescas, increíblemente grandes. Aquí mi flotabilidad mejoró, pues me quité un kilo del cinturón y situé el resto en la parte delantera, algo que consensué previamente con Ivana.

Fue una experiencia muy buena, pero igualmente no iba a quedarme más días. Ivana me comentó que en otra estación de autobuses distinta a la del día anterior, tenían acordado un descuento. Me dejaron allí, y efectivamente, el precio del autobús nocturno hasta Kota Kinabalu bajó de 75 ringgits a 45. Creo que pagué el trayecto completo a pesar de decirle a la chica que los vendía, y que no hablaba bien inglés, que me bajaría en el Parque Nacional Kinabalu. Volví paseando al hostal, perdiéndome por la aldea flotante, llena de niños y basura. Pensé que la gente local de Sabah tiene un gran problema con la gestión y acumulación de basura. No me extraña que parte de ella la lancen al mar. Y me crucé con Adam y Megan, los canadienses que conocí en Tip of Borneo, que acaban de llegar al pueblo. Estuvimos charlando un rato.

Casas flotantes de Semporna. Octubre 2015.

Basura alrededor de las casas flotantes de Semporna. Octubre 2015.

Casas flotantes de Semporna. Octubre 2015.

Basura alrededor de las casas flotantes de Semporna. Octubre 2015.

En el hostal me dejaron ducharme, y Piik nos dio los datos de las inmersiones. Cené con ella, recogí la mochila y me fui. El autobús era cómo, pero como siempre, el aire acondicionado iba a tope. Un par de horas después le pedí al conductor que lo redujese o apagase porque hacía realmente mucho frío. Les dije que me bajaría en el monte Kinabalu, dando por hecho que entendían que se trataba de la entrada al parque nacional.

En resumen, bucear en los alrededores de la isla Mabul fue una experiencia increíble, y hacerlo de la mano de Borneo Global Sipadan Backpacker una gran decisión. Me quedé con muchas ganas de conocer Sipadan, así que quizás vuelva en un futuro. Las casas flotantes de Semporna y las islas en general tienen un encanto especial, a pesar de la cantidad de basura que las rodea. Desde luego, una de las visitas más recomendadas, no solo en un viaje por Sabah, sino en toda Malasia.

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