El Parque Nacional Mount Field es, quizás, el más popular de Tasmania, por sus impresionantes vistas, las numerosas sendas disponibles, o la diversa vida salvaje que contiene. Forma parte de lo que se conoce como el
oeste salvaje de Tasmania, que engloba otros Parques Nacionales de gran tamaño, en su mayor parte deshabitados e incluso inexplorados. La naturaleza es la reina de estos parajes, y protege con recelo a animales autóctonos, especímenes únicos en el mundo.
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Cascada Russell. Mount Field. Julio 2016 |
Strahan es una pequeña población de la costa oeste de Tasmania, que tiene, sin embargo, uno de los puertos más importantes de la isla, Macquarie Harbour. Tambiés es conocida por ser, junto con la ciudad de Queenstown, la puerta de entrada al Parque Nacional de los Ríos Salvajes Franklin-Gordon, que es Patrimonio de la Humanidad. Desde Strahan parten cruceros turísticos hacia el corazón salvaje del mismo, a través de la jungla del río Gordon, con espectaculares gargantas y montañas. Naturaleza sin igual.
Este Parque Nacional se sitúa entre los otros dos del oeste de Tasmania. Al norte, y separado por la autopista Lyell, el de Cradle Mountain-lago St. Clair. Y al sur, el Parque Nacional del Suroeste, el más inexplorado e inhabitado de la isla.
Llegué ya de noche desde
Launceston, y pasé la noche en un pequeño parque frente a la costa, sin dormir mucho debido al frío, la lluvia y, especialmente, la incómoda posición en el coche. Ésta y la de
Freycinet fueron las dos noches que dormí en el coche con el saco que me prestó Jeff. Tras desayunar algo en una cafetería, me acerqué al centro de Strahan. No encontré nada que me llamase especialmente la atención, salvo el crucero turístico, que ya se preparaba para partir.
Si no se está interesado en tomarlo, recomendaría ir directamente a
Queenstown, mi siguiente destino,
un pueblo minero entre cordilleras que parece estar en decadencia. De hecho, si por algo me alegré de haber ido a Strahan, fue porque
el paisaje entre estas dos localidades es realmente bonito.
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Strahan. Julio 2016 |
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Strahan. Julio 2016 |
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Paisaje entre Strahan y Queenstown. Julio 2016 |
Queenstown es la mayor ciudad del oeste de Tasmania, y llegó a contar con la mina de oro y cobre más rica del mundo en el pasado, por lo que su historia se desarrolló alrededor de dicha industria. Paseé una media hora por el centro de la ciudad, aunque sin mucha gente en las calles. Los edificios parecían muy antiguos, como transportándote a otra época donde el dinero de la minería hizo florecer la ciudad.
A pesar del mal tiempo, nublado, lluvioso y con un cielo grisáceo, la
autopista Lyell me proporcionaba vistas privilegiadas al mundo salvaje de
Tasmania. A veces encontraba un pequeño mirador donde detenerme un instante. A veces una pequeña área de descanso, que daba paso a un sendero a través del bosque, como el que recorrí sobre el río Franklin, no muy largo.
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Río Franklin. Julio 2016 |
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Bosque junto al río Franklin. Julio 2016 |
Así llegué al desvío hacia el
lago St. Clair, la entrada sur al Parque Nacional Cradle Mountain-lago St. Clair. Iba mal de tiempo, porque mi prioridad era llegar al
Parque Nacional Mount Field con al menos dos horas antes del anochecer. Y, además, no quería pagar nuevamente otra entrada. Por lo que dejé el coche en el aparcamiento, y fui a echar un vistazo de unos diez minutos sin pasar dentro de la oficina, suficiente para acercarme al lago. Incluso de haber tenido un día entero allí, no habría podido disfrutar de las vistas debido a las nubes. Esa sección del parque posee largos senderos frente al lago y a través del bosque, otro paraíso para los senderistas.
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Lago St. Clair. Julio 2016 |
Seguí conduciendo hasta encontrar Tarraleah, otra pequeña aldea entre montañas, bosques y centrales hidroeléctricas, que se decía ser única para encontrar animales salvajes entre sus calles. Aunque no llegué a entrar, en el desvío hacia la misma vi un tipo de búfalo que no había visto antes. Seguía parando a cada rato a tomar fotografías, hasta que me detuve en una gasolinera-restaurante a la entrada de otro pueblo, donde llené el depósito de combustible y comí algo, antes de continuar mi camino.
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Búfalo en Tarraleah. Tasmania. Julio 2016 |
Parque Nacional Mount Field
Llegué a
Mount Field con una hora escasa antes de que la noche me arropase con su manto. Dada la hora que era, la mujer que me atendió en el Centro de Visitantes me hizo un descuento en el precio de la entrada, y pagué sólo 12 dólares.
Mount Field fue el primer Parque Nacional de Tasmania en ser declarado como tal. Sus impresionantes vistas, las numerosas sendas disponibles, o la diversa vida salvaje, lo hacen popular entre los amantes de la naturaleza. Su cercanía a Hobart, la capital, a menos de 90 kilómetros de distancia, también ayuda.
Sin perder un segundo, guié mis pasos hacia la principal atracción del parque, la catarata Russel, a través de un corto sendero artificial de madera. Tras subir una escalera, encontré la catarata Horseshoe. Desde allí, podría haber enlazado directamente con la ruta hacia los árboles altos (Tall trees walk), pero volví al Centro de Visitantes. Pregunté por la ruta hacia el propio
Mount Field, pasando por otra de las famosas cascadas del parque, Lady Barron. Me dijeron que ese lado de la ruta estaba cerrado en aquel momento, y que no disponía de tiempo suficiente para haber subido por el otro.
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Cascada Russell. Mount Field. Julio 2016 |
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Cascada Horseshoe. Mount Field. Julio 2016 |
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Árboles altos. Mount Field. Julio 2016 |
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Árboles altos. Mount Field. Julio 2016 |
Algo desilusionado, y sin mucho tiempo para hacer nada más, decidí coger el coche y llevarlo al aparcamiento más cercano a los árboles altos. Dado su nombre, esperaba encontrar algo más parecido a las grandes secuoyas estadounidenses, así que la decepción fue monumental. Sólo había árboles de 90 metros de altura, los más altos, no todos, y alrededor de los 400 años de edad, entre un bosque de vegetación densa. En lugar de tomar la ruta circular, me despisté, y acabé llegando nuevamente cerca de la cascada Horseshoe, cuyo caudal ya oía con fuerza. Al regresar, ya con la oscuridad encima, tomé el camino circular que antes no había visto, y me crucé con un wallaby, como un canguro pequeño, que lejos de huir, se me quedó mirando fijamente.
Por desgracia, no tuve más tiempo para disfrutar del Parque Nacional Mount Field. Incluso un día entero se queda corto. Me arrepentí de no haber extendido el alquiler del coche un día más. Cinco días no fue suficiente para explorar la isla. En verano, con buen tiempo, y la opción de visitar todos los rincones de Tasmania, haría falta el doble. Siempre hay una razón para todo. Es lo que intento pensar en estos casos.
A medio camino hacia Hobart, paré en New Norfolk para ver su plaza y tiendas de antigüedades de las que había leído algo. Dando una vuelta con el coche, no me pareció nada especial, quizás por ser ya tarde. Decidí entonces continuar hasta la capital para cenar en el centro antes de volver a la casa de Jeff.
En resumen, el oeste salvaje de Tasmania está cubierto por una naturaleza espectacular, inmensa, profunda, que te hipnotiza con sus montañas, bosques, ríos o cataratas. El Parque Nacional Mount Field es la zona más popular del mismo, muy accesible desde Hobart. Sin duda, una visita obligada en un viaje por Tasmania. Pero recomendaría varios días para disfrutar sin prisas de todos los Parques Nacionales.
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Me gusta lo que escribes. Tremenda experiiencia pero.......90 metros no es mucha altura? Las sequoias mas altas son 100 corto(muy pocas llegan a esa altura) y por lo regular creo que 70 u 80. O quizas te referias al diametro. Me muero por ir a Australia,Tsmania y Nueva Zelandia. Cuando tenga un mes complete ire, antes no. Saludos
ResponderEliminarHola Abel. El dato de 90 m es el oficial que puedes encontrar en la oficina-museo de la entrada, aunque sólo la alcanzan los más altos, no todos. Te encantará cuando vayas. Un saludo.
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