Launceston y Cradle Mountain

Launceston, al norte de Tasmania, es la segunda ciudad más grande de la isla, y otra de las más antiguas de toda Australia. Posee antiguas casas de estilo victoriano, y dispone de una amplia oferta cultural, con varios museos y galerías de arte. La garganta sobre el río South Esk, Cataract Gorge, a escasos minutos del centro, es su paraje natural más conocido.

Las montañas escarpadas del Parque Nacional Cradle Mountain, los antiguos pinos bordeando lagos glaciares, arroyos helados que caen en cascadas, hayedos de coloridas hojas caducas y una abundante fauna salvaje, crean uno de los lugares más populares de Tasmania.

Garganta de Launceston, en Tasmania
Garganta de Launceston. Julio 2016


Desde la biblioteca de St. Helens había reservado alojamiento en Launceston, y tuve escasamente dos horas para completar los cerca de 170 kilómetros que las separaban. En realidad, la distancia en línea recta es mucho menor, pero debía rodear uno de los Parques Nacionales de Tasmania por una carretera de montaña de doble sentido y muchas curvas, hasta enlazar con la autopista que une Hobart con Launceston, las dos ciudades más importantes de la isla.

La recepción del hostal cerraba a las siete de la tarde según la información de la web, por lo que el viaje fue un poco estresante. Conduje muy deprisa en carreteras desconocidas, de noche, y no podía parpadear por si algún animal se cruzaba de repente. Llegué a tiempo, me sobraron diez minutos, o eso creía, porque en realidad, habían cerrado a las seis de tarde.
 

Launceston


El hostal se llamaba Arthouse Hostel, situado frente al centro de Launceston y a orillas del río North Esk. Éste se une con el río South Esk para formar el río Tamar. El hostal es un bonito edificio antiguo construido en el año 1888. El personal me había dejado las sábanas, la llave y una hoja con instrucciones y la clave de la conexión wifi en un lugar visible de la recepción. Afortunadamente, llegué justo cuando salía una pareja, porque no habría podido abrir la puerta principal de otro modo. Pagué 15 dólares australianos, 10 euros al cambio, por una cama en un dormitorio de seis, una oferta de última hora. El baño compartido estaba fuera, y cuenta con una cocina, comedor y sala de estar grandes. Un lugar recomendable.   

No perdí mucho tiempo, salí a buscar algún supermercado o restaurante para cenar, pues, de acuerdo al horario australiano, ya era tarde, y más en invierno. Al preguntar en la gasolinera de la esquina, me contestaron que había un McDonald’s a unos 300 metros, así que no lo pensé dos veces y llené mi estómago allí. Resulta curioso que sólo utilice este tipo de sitios cuando viajo fuera, pero me han salvado en más de una ocasión.   

Ya más tranquilo, estuve conversando un rato en la sala común con una alemana. Me ofreció ir juntos a Cradle Mountain pagando la mitad del combustible, pues no tenía coche, pero yo me quedaría una noche más en la ciudad, así que no fue posible.   

El dormitorio era frío, a pesar del calefactor que había en mitad del mismo. Pero los techos eran altos, por lo que el calor no se quedaba a la altura de las camas. Sólo repartieron una fina manta, y no me quedó otra que dormir con la ropa puesta. La anécdota fue que, pasadas las once de la noche, cuando ya intentaba dormir, entró un chaval joven que comenzó a comer pizza y beber cerveza allí dentro. Le pregunté si le importaba hacerlo en el comedor, y su respuesta fue que, por un precio tan barato, uno no se podía quejar de nada de lo que sucediese en el dormitorio… Sin comentarios. Me recordó a la discusión que tuve en Kuching, Malasia, cuando me dieron la misma respuesta. Esa falta absoluta de respecto quebró finalmente mi paciencia en Sydney, donde casi acabo a golpes con otro cliente que incluso llamó a la policía (próximamente, aún en construcción).   

Un soleado domingo despertó a la mañana siguiente. Era día de votación, pues en Tasmania, y creo que también en el resto de Australia, tenían lugar las elecciones federales. Por esa razón, no había quedado con Ben y Katie hasta después de comer, la pareja que me alojaría la siguiente noche a través de couchsurfing. Ellos me enseñarían la famosa garganta de Launceston, por lo que yo dediqué la mañana a pasear por el centro de la ciudad. 

Rivera del río North Esk, en Launceston, Tasmania
Rivera del río North Esk. Launceston. Julio 2016

Rivera del río Tamar en Launceston, Tasmania
Rivera del río Tamar. Launceston. Julio 2016

Si el de Hobart me pareció relativamente pequeño, el de Launceston más aún, pues de igual forma, luego se expande en barrios residenciales de casas. Tiene una ventaja, y es que podía conectarme a la conexión wifi gratuita de la ciudad en varios puntos de la misma. Distintos comercios y restaurantes copan esas calles, y varios edificios históricos. También la oficina de información turística se encuentra allí, siempre útil.

Launceston, al igual que Hobart, es otra de las ciudades más antiguas de toda Australia, con una arquitectura colonial y victoriana. Y dispone de una amplia oferta cultural, con varios museos y galerías de arte. Ya fuera de la ciudad, se pueden encontrar extensos viñedos.   

Los domingos por la mañana, frente al Albert Hall, se levanta un pequeño mercado de comida y otros productos de la zona, donde una persona estaba cocinando paella española. Al preguntarle, me dijo que había vivido varios años en Valencia. Incluso se lanzó a conversar en español. Detrás encontré el parque de la ciudad, que contiene un recinto con macacos de cara roja, conocido como el macaco japonés, por ser nativo del país nipón.

centro de Launceston, Tasmania
Centro de Launceston. Julio 2016

Macacos japoneses en el parque de Launceston, Tasmania
Macacos japoneses en el parque de Launceston. Julio 2016

Launceston, Tasmania
Launceston. Julio 2016

Después de comer algo, volví al hostal para recoger el coche y conducir hasta el lugar donde Ben me dijo que nos encontraríamos, cerca de su casa. Me encontré a un muchacho algo más joven que yo, que vestía pantalones cortos, en pleno invierno. Me pareció una locura, pero es algo normal entre los habitantes de Tasmania, y también de Nueva Zelanda, como descubrí días después. Tomamos un café y estuvimos charlando un rato. En seguida me di cuenta de que conectábamos, tenía valores y opiniones similares a las mías. Es policía de Launceston, y colabora activamente en la comunidad de su iglesia, trabajando especialmente con los chicos jóvenes para guiarles y aconsejarles.   

Después conocí ya a su mujer, Katie, a su encantador hijo Atreyu, de dos años de edad, y a sus dos perritos. A uno de ellos, Gonzo, le debí gustar mucho, porque se acercaba constantemente para que lo acariciase. Además, estaban a punto de ampliar la familia, pues Katie se encontraba nuevamente en cinta. Ella era trabajadora social, aunque ya se dedicaba a tiempo completo a cuidar y educar a su hijo. Atreyu debía su nombre al héroe de la película “La historia Interminable” que tanto disfruté cuando era pequeño. Y ahora también si la vuelvo a ver. En su sala de juegos, donde yo dormiría, tenían un gran cuadro con dicho héroe montado sobre el dragón blanco de la suerte Fújur, pintado a mano por su abuelo como regalo de nacimiento. En resumen, una familia realmente adorable.     

Durante la tarde me llevaron a visitar la popular garganta de Launceston sobre el río South Esk, Cataract Gorge, a tan solo unos minutos del centro de la ciudad. Un hermoso paraje natural, donde las aguas bravas del río discurren entre un barranco cubierto de vegetación. Me contaron que aquel año, el nivel del torrente subió tanto, que llegó a alcanzar la altura del puente, cubriendo toda la zona verde clara que se ve en la primera fotografía.

Cataract Gorge de Launceston, Tasmania
Cataract Gorge de Launceston. Julio 2016

Ben, Katie y Atreyu. Cataract Gorge de Launceston. Julio 2016

Cataract Gorge de Launceston, Tasmania
Cataract Gorge de Launceston. Julio 2016

Cataract Gorge de Launceston, Tasmania
Cataract Gorge de Launceston. Julio 2016

Cataract Gorge de Launceston, Tasmania
Cataract Gorge de Launceston. Julio 2016

Cataract Gorge de Launceston, Tasmania
Cataract Gorge de Launceston. Julio 2016

Cataract Gorge de Launceston, Tasmania
Cataract Gorge de Launceston. Julio 2016

Vistas de Launceston, Tasmania, desde la Cataract Gorge
Vistas de Launceston desde el final de la Cataract Gorge. Julio 2016

Al volver, y mientras Katie preparó la cena, yo estuve jugando con Atreyu. Me recordó mucho a mis pequeñas sobrinas, a las que echaba tanto de menos. Incluso me dio un beso y un abrazo al irse a acostar, y sus padres, sorprendidos, me dijeron que eso no era para nada usual en él con personas que acababa de conocer. La verdad es que me encantan los niños pequeños. Jugar con ellos es como viajar en una máquina del tiempo, olvidando tus problemas y temores para volver a abrir tu alma y ser tan inocente y feliz como ellos.   

Me despedí de ellos después de desayunar, y de que tanto Ben como Katie me aconsejaran sobre el resto de la ruta a seguir por Tasmania. Me dijeron que no tendría tiempo de visitar Standley, al noroeste de la isla, algo que ya había intuido al reducir un día el tiempo de alquiler del coche. Así que emprendí el camino hacia el Parque Nacional Cradle Mountain.   


El Parque Nacional Cradle Mountain


El trayecto duraba dos horas, y el tiempo no parecía muy esperanzador, pues la lluvia llamaba a las puertas. Katie me había escrito en un papel las indicaciones. Pero al llegar al pueblo de nombre Deloraine, encontré un cartel y dirección hacia Cradle Mountain, así que tomé ese desvío. Entre medias, me crucé con varios canguros muertos a los lados de la carretera, alguno de ellos grande, como el de la fotografía. Por dos veces obvié el cartel de carretera cortada porque veía el asfalto en buenas condiciones, exceptuando algunas pequeñas ramas caídas. No entendía la prohibición, y pensé que quizás a más altitud hubiese nieve. Pero no fue así. Finalmente, y por miedo a que sucediese algo, dañar el coche de alquiler y meterme en un buen lío, di la vuelta, habiendo perdido alrededor de una hora y media en ese error.

Canguro muerto a un lado de la carretera. Cradle Mountain. Julio 2016

Antes de llegar a Cradle Mountain, encontré la conexión con esa carretera por la que había conducido, también cerrada al tráfico. Tras ojear el mapa, resultó que sólo me encontraba a 15 kilómetros de distancia de dicha conexión cuando decidí dar la vuelta. Todo pasa por algo, quizás el problema estuviese en ese tramo.

Cradle Mountain, Tasmania
Cradle Mountain. Julio 2016

Cradle Mountain, Tasmania
Cradle Mountain. Julio 2016

Bosques cercanos a Cradle Mountain, Tasmania
Bosques cercanos a Cradle Mountain. Julio 2016

Llovía cuando alcancé el Centro de Visitantes de Cradle Mountain, aún a dos kilómetros de distancia de la entrada al Parque Nacional Cradle Mountain – lago St. Clair, que es en realidad su nombre completo. Tiene dos accesos principales. El primero, el valle Cradle, al norte, en el que me encontraba. El segundo, el lago St. Clair, al sureste, al que llegué un día más tarde. Linda precisamente al sur con otro Parque Nacional, el de los Ríos Salvajes Franklin-Gordon, que también visité el siguiente día. Y éste, a su vez, con el Parque Nacional del Suroeste, el más inexplorado e inhabitado. Es decir, prácticamente la totalidad del oeste de la isla de Tasmania es un Parque Nacional que es Patrimonio de la Humanidad.

Montañas escarpadas de contornos irregulares, antiguos pinos bordeando lagos glaciares, arroyos helados que caen en cascadas, hayedos de coloridas hojas caducas y una abundante fauna salvaje, crean uno de los lugares más populares de Tasmania. Lo completa la ruta Overland, mundialmente conocida, que en seis días y 65 kilómetros, te adentra en el corazón de los terrenos alpinos del Parque Nacional Cradle Mountain. Se encuentra abierta únicamente desde el 1 de Octubre hasta el 31 de Mayo, y se recomienda tener una buena condición física y material adecuado para realizarla sin riesgos.


Al salir del coche para hacerme con un mapa y preguntar por alguna ruta que ya dudaba que pudiese hacer con ese tiempo, me di cuenta que olvidé mi chaqueta en la casa de Ben y Katie. Les envié un mensaje, y mientras tanto, ya que estaba allí, y a pesar del mal tiempo, decidí ir hasta el último punto accesible en coche del Parque, el famoso lago Dove. Había un autobús interno, pero no tenía mucho tiempo, porque ya preveía que tendría que regresar a Launceston. El precio de la entrada fue de 16,50 dólares.
 

Lago Dove, en Cradle Mountain, Tasmania
Lago Dove. Cradle Mountain. Julio 2016

Estaba nublado y llovía con más intensidad. Aún así, al llegar al lago, salí unos minutos e intenté hacer alguna fotografía sin mucha fortuna. También empecé a subir a un mirador cercano, pero entonces empezó a diluviar y tuve que bajar corriendo hacia el coche. Por allí me crucé con la chica alemana con la que había conversado en el hostal la primera noche en Launceston. Había retrasado su visita un día más, por lo que podríamos haber ido juntos.


De vuelta al Centro de Visitantes, paré varias veces para tomar más fotografías, todas fallidas por la lluvia. Allí, y gracias a la conexión wifi gratuita, conseguí hablar unos instantes con Katie, que me ofrecía enviarme la chaqueta a Hobart en autobús, porque me saldría más barato que el coste de la gasolina de tener que volver. El problema era que, al día siguiente, yo llegaría a Hobart al anochecer, por lo que era probable que la estación ya estuviese cerrase. Y un día más tarde, volaría temprano hacia Melbourne. Así que la logística era complicada.

Comí algo despacio, caliente, que ayudó a tranquilizarme. Todo pasa por algo, me decía. Y así, conduje de vuelta hacia Launceston, donde llegué justo antes del anochecer. Al llegar, Katie, a punto de servir la cena, me invitó a quedarme. Por supuesto, estaba deliciosa, y me sirvió para desconectar y descansar del coche. Fue realmente una bendición haberlos conocido, les estoy muy agradecidos.



Bosques cercanos a Cradle Mountain, Tasmania
Bosques cercanos a Cradle Mountain. Julio 2016

Cradle Mountain, Tasmania
Cradle Mountain. Julio 2016

Inicié entonces otro largo viaje de cuatro horas hacia Strahan, en la costa oeste de Tasmania. Cradle Mountain se encontraba aproximadamente en la mitad del recorrido, por lo que fue la tercera vez en el mismo día que, hasta allí, conduje por el mismo trayecto. El resto fue complicado y extenuante: carretera de montaña de doble sentido, con infinidad de curvas, subidas y bajadas, y algunos animales que la cruzaron justo cuando pasaba y tuve que esquivar. En total, casi 700 kilómetros en un día.

Ya había comprobado con antelación que los precios en Strahan eran también muy altos, como en Freycinet, por lo que al llegar, busqué directamente en sitio tranquilo y oscuro donde descansar durante la noche. Lo encontré frente a la costa, como en un pequeño parque entre ésta y varias casas. Me encontraba también a escasos metros de la comisaría de policía, pero no tuve ningún problema. Llovió con fuerza esa noche, unido a un frío más húmedo propio de emplazamientos costeros. A pesar de la posición incómoda y de que desperté muchas veces, conseguí dormir algo.
  
En resumen, Launceston, la segunda ciudad más grande de Tasmania, guarda en realidad un pequeño centro y una garganta natural que pueden visitarse en un día. Puede usarse de base para visitar el norte de la isla, especialmente el Parque Nacional Cradle Mountain, uno de los lugares más populares de Tasmania.

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