Te Anau, Milford Sound y el Parque Nacional Fiordland

El Parque Nacional Fiordland y sus 14 fiordos se encuentran en la esquina suroeste de la isla sur de Nueva Zelanda. El más visitado es Milford Sound, y el más profundo Doubtful Sound. La leyenda maorí cuenta que un gigante albañil llamado Tute Rakiwhanoa talló los escarpados valles con su hacha. Los lagos Te Anau y Manapouri completan un entorno natural impresionante de indudable belleza.  

Fiordo Milford Sound y pico Mitre. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound y pico Mitre. Parque Nacional Fiorland


Te Anau


A orillas del segundo lago más grande de Nueva Zelanda se asienta Te Anau, un pequeño pueblo que sirve como base para visitar y explorar el Parque Nacional Fiordland. El lago Te Anau es el más grande de los lagos glaciales de sur, y posee tres grandes brazos o fiordos en su lado occidental que desaparecen bajo las imponentes montañas Murchison y Kepler.

El Parque Nacional Fiordland es Patrimonio de la Humanidad, y recibe el nombre de Te Wahipounamu, “el lugar de jade”, por ser éste el recurso mineral más apreciado de la zona. Un paisaje que ofrece espectaculares cascadas, lagos brillantes y profundos y picos nevados. Hay muchas opciones de actividades en esta zona, como rutas de senderismo, cruceros en los fiordos, recorridos en kayak o la visita a las cuevas de luciérnagas Te Ana-au. Por eso se aconseja reservar con antelación en temporada alta el alojamiento, las excursiones y los cruceros.

Desperté temprano en Te Anau. Fuera, frío, como siempre. No fue la mejor noche dentro de la campervan, pero al menos pude descansar varias horas. Aún notaba el cansancio de haber conducido tantas horas el día anterior, especialmente las dos últimas durante la noche desde Invercargill. Encontré un baño público frente al lago, detrás de la gasolinera, que aproveché para lavarme la cara, los dientes, y lo que utilicé para desayunar. Eran las ocho de la mañana cuando partí hacia Milford Sound. 

Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland

Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland

Un letrero confirmaba que la carretera número 94 hacia allí, Milford road, con 120 kilómetros de longitud, estaba abierta. En realidad se refieren al paso de montaña, muy cerca del final. Esta carretera es una atracción en sí misma, con panorámicas impresionantes. Se suelen utilizar algo más de dos horas para completarla, pero yo tardé tres porque paraba constantemente a ver el paisaje y hacer fotografías. No podía creer cuánta belleza estaba viendo, era un paraíso. 

Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland

Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland

Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland

Uno de los atractivos más conocidos del recorrido es el lago mirror (espejo), que refleja perfectamente todo el paisaje que lo rodea, con las montañas y el cielo como actores principales. Dicen que el mejor momento para apreciarlo es durante la mañana. Allí coincidí con un autobús de turistas chinos con los que me fui cruzando en el resto de miradores hasta llegar a Milford Sound.

Lago espejo (mirror lake). Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago espejo (mirror lake). Parque Nacional Fiordland

Llegué al paso de montaña, nevado, y paré para tomar fotografías. Nos encontramos con varios pájaros de color verde y un tamaño considerable que se subían a los vehículos para picotearlo todo. Se llaman Kea, y parecen loros gigantes. Uno de ellos se subió a mi campervan, y como no cerré completamente la puerta, arrancó varios trozos de goma en los segundos que tardé en hacerle la foto. 

Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Paisajes de la carretera Milford. Parque Nacional Fiordland

Kea arrancando la goma de mi coche. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Kea arrancando la goma de mi coche. Parque Nacional Fiordland

Paso de montaña. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Paso de montaña. Parque Nacional Fiordland

Paso de montaña. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Paso de montaña. Parque Nacional Fiordland

El túnel Homer está justo al lado, y como es de un solo sentido, hay que esperar varios minutos a que el semáforo se ponga en verde. En esa zona se advierte del peligro frecuente de avalanchas, que es una de las razones por las que hay que comprobar previamente si la carretera se encuentra abierta o no. Al cruzar al otro lado del túnel, las vistas del valle que se abre camino entre las montañas son espectaculares. Al fondo, ya se divisa el fiordo Milford Sound. Antes de llegar, hay otra de las paradas recomendadas en el mapa, el Chasm, un salto del río sobre el que hay un puente de madera. No es muy espectacular, y agradecí más el corto paseo por el bosque para estirar las piernas después del trayecto en coche.


El fiordo Milford Sound


Al llegar a Milford Sound hay un gran aparcamiento y una oficina de información con restaurante. También disponen de un pequeño aeropuerto, supongo que para emergencias y vuelos turísticos. Desde allí hay un corto paseo hasta el muelle, donde ya esperaban varios barcos. Había reservado el crucero por el fiordo para las 11:45 con la compañía Jucy por 59 dólares neozelandeses. 

Había dos horarios más, el más temprano y barato, a las 9:45, y el más tarde y caro, a las 13:45. Este último está pensando para las excursiones de ida y vuelta en un mismo día desde Queenstown, aunque son casi 300 kilómetros y más de cinco horas en transporte público. Mi recomendación es pasar la noche anterior en Te Anau, o incluso en los alojamientos disponibles en el propio Milford Sound. Hice la reserva a través de la página Bookme.co.nz, en la que hay descuentos para diferentes actividades, como ya comenté en estos consejos generales para viajarpor Nueva Zelanda. Confirmé la reserva en el mostrador, y esperé hasta que zarpamos. 

El famoso pico Mitre domina las tranquilas aguas del fiordo, levantándose 1.690 metros sobre éstas. Las vistas del fiordo, las montañas y cascadas fueron espectaculares. Como en tantas otras ocasiones, las fotografías no pudieron captar la belleza del paisaje que estaba viendo. Incluso aparecieron varios delfines cerca de la desembocadura del bravo Mar de Tasmania. Algunos jugaron nadando delante del barco. Fue como un regalo del universo cuando empezaba a sentirme más solo. Y es que era el único viajero solo, ya que el resto eran parejas y familias con niños. Y también vimos varias focas descansando plácidamente bajo el sol sobre una roca.

Fiordo Milford Sound y pico Mitre. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound y pico Mitre. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Delfines en el fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Delfines en el fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Delfines en el fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Delfines en el fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Focas en el fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Focas en el fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Fiordo Milford Sound. Parque Nacional Fiordland

Un viaje verdaderamente recomendable, aunque si tuviera que elegir, probablemente me quedaría con el crucero sobre el fiordo Geiranger, en Noruega. Allí el fiordo es más estrecho, o lo parece, encerrado entre verdaderas paredes de montañas que se alzan amenazadoras a ambos lados.  

Llegué al coche y comí allí mismo. Y cuando regresé de lavarme los dientes me di cuenta de que me había dejado las luces encendidas cuando lo aparqué por la mañana. Mis presagios se hicieron realidad cuando intenté arrancar el coche y no pude. La batería se había descargado. Pregunté a varias personas por allí si disponían de cables, y todos me dijeron que no. Fui a la oficina de información y me sorprendieron al contestarme que la tarifa oficial para hacerlo eran 20 dólares neozelandeses. Tanta fue mi sorpresa que volví a preguntarlo para asegurarme de que lo había entendido correctamente. Llamar al seguro del vehículo habría supuesto que alguien tuviera que llegar allí desde Te Anau, con un coste mayor en tiempo y dinero. Así que no me quedó otra opción que pagarlos. Un detalle bastante feo aprovechando lo aislado del lugar y teniendo en cuenta que tardaron dos minutos en solucionarlo. 

El semáforo antes de atravesar el túnel Homer se puso rojo justo cuando llegaba, y tuve que esperar como cinco minutos antes de poder pasar. Mientras tanto, y siendo el primer vehículo de la fila, tres keas se subieron encima y empezaron a picotearlo todo. Como estábamos cuesta arriba, dejaba de pisar el freno un segundo y luego lo hacía repentinamente para intentar echarlos, sin conseguirlo. Por los espejos vi cómo personas de los otros coches se bajaban a hacer fotografías, y yo sin poder salir, no fuese que alguno me picotease a mí o se metiese dentro.  

Llovía cuando llegué a Te Anau, y una vez que el sol desapareció entre las montañas, el frío intenso volvió a cubrir la zona. No obstante, di un paseo por las pequeñas calles del centro del pueblo. Era imposible sacar la mesa plegable del coche y cocinar algo para cenar. Así que, o cenaba en algún restaurante, cuyos precios ya había comprobado que eran caros, o, por el mismo precio, reservaba un hostal para esa noche y cocinaba dentro. Después de cuatro días durmiendo en la campervan y sin ducharme, me pareció la mejor idea.

Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland

El hostal se llamaba Te Anau Kiwi Holiday Park, y el precio por una cama en un dormitorio de diez fue de 27 dólares neozelandeses. Lo bueno fue que estuve solo, con todo el dormitorio para mí. El baño compartido estaba fuera. Hubo dos detalles que no me gustaron. El primero, que sólo proporcionaban 200 MB de conexión wifi gratuita, algo bastante habitual en los hostales de Nueva Zelanda. El segundo, que cobraban 5 dólares por alquilarte lo necesario para cocinar y comer, algo que sólo vi allí y en el hostal de Queenstown. En mi opinión, un detalle bastante lamentable, aunque quizás sufrieran robos en el pasado. En cualquier caso no lo utilicé porque saqué de mi vehículo cuanto necesité. De hecho, preparé varios tapers de comida para los siguientes días. Por fin tuve una ducha larga y caliente, y dormí tranquilo sin el miedo de estar haciéndolo en un sitio prohibido. 

Seguía lloviendo a la mañana siguiente, lo que me confirmó que elegí bien cuando opté por salir corriendo de Invercargill para ver Milford Sound el día anterior con buen tiempo. De todas formas, volví a pasear por las calles centrales de Te Anau y me acerqué al lago. Allí se encuentra un centro de conservación de aves autóctonas de esta zona de Nueva Zelanda, como el kea o el takahe.

Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland

Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago Te Anau. Parque Nacional Fiordland


El lago Manapouri, en pleno Fiordland


Conduje 20 kilómetros hasta el cercano lago Manapouri, el segundo más profundo de Nueva Zelanda. Estuve esperando un buen rato dentro del coche hasta que la lluvia cesó y pude dar un paseo hasta la orilla del lago y los alrededores. Los rayos de luz que atravesaban las nubes grises le otorgaban calma y tranquilidad al paisaje. El Parque Nacional Fiordland lo rodea por completo. 

Lago Manapouri. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago Manapouri. Parque Nacional Fiordland

Lago Manapouri. Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda
Lago Manapouri. Parque Nacional Fiordland

Al final del brazo occidental del lago Manapouri, hay una gran central hidroeléctrica que puede visitarse. También es el punto de partida para explorar el fiordo Doubtful Sound, el más profundo de Nueva Zelanda, y un refugio natural para defines, lobos marinos y pingüinos.

Los amantes del senderismo podrán encontrar en el Parque Nacional Fiordland un paraíso. Bosques, montañas, lagos, valles, cascadas… Tres de las rutas denominadas “Great Walks” de Nueva Zelanda se encuentran en el Parque Nacional Fiordland. Son el Milford Track, el Kepler Track y el Routeburn. El más popular, no sólo de esta zona, sino del país, es el primero, con 53 kilómetros de distancia y que toma entre cuatro y cinco días para completarlo. Puentes colgantes, los valles Clinton y Arthur, montañas, lagos, cataratas, el paso de montaña MacKinnon y, finalmente, el fiordo Milford Sound. Aquí encontrarás las cascadas más altas de Nueva Zelanda, las Sutherland y Hirere.

Podéis encontrar más información al respecto, y sobre el resto de posibles actividades y visitas en esta zona en las páginas web oficiales de turismo en el Parque Nacional Fiordland y Nueva Zelanda

Al volver a Te Anau, paré unos minutos en la biblioteca pública para comprobar los mensajes con su wifi gratuita, antes de seguir mi viaje por Nueva Zelanda hacia Queenstown. En el camino, los paisajes hacían que condujese despacio para poder disfrutarlos. Así llegué al comienzo del lago Wakatipu, otro espectáculo de la naturaleza. 

Paisaje entre Te Anau y Queenstown, Nueva Zelanda
Paisaje entre Te Anau y Queenstown.

Paisaje entre Te Anau y Queenstown, Nueva Zelanda
Paisaje entre Te Anau y Queenstown.

En resumen,  el lago Te Anau y el pueblo del mismo nombre, el fiordo Milford Sound, el lago Manapouri y el Parque Nacional Fiordland en general son, sin duda alguna, visita obligada en cualquier viaje a Nueva Zelanda. Sus paisajes son espectaculares y de una belleza sin igual. En mi opinión, esta zona junto con el lago Wakatipu y Queenstown, y los lagos Tekapo y Pukaki junto con el monte Cook Aoraki, son lo mejor de Nueva Zelanda. Tienen el poder de atrapar tu vista y corazón para siempre. 


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