The Catlins e Invercargill

The Catlins abarca una amplia zona rural y casi despoblada en el extremo sureste de la isla sur de Nueva Zelanda, aún en la región de Otago. Bosques húmedos, acantilados, playas, ríos y cascadas imponentes... paisajes naturales fascinantes. El faro y los islotes de Nugget Point Lighthouse, azotados por la furia del mar, son uno de ellos. Muy cerca se localiza Invercargill, capital de la región de Southland y ciudad más al sur de Nueva Zelanda.

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins


Aún era muy temprano cuando terminé de visitar la antigua estación de ferrocarril de Dunedin y de comprar más comida en un supermercado para el viaje. Mi dirigí entonces hacia Invercargill, en la región de Southland, a unos 210 kilómetros de distancia de Dunedin, y donde termina la carretera nacional número 1. Sin embargo, en lugar de ir directamente, me desvié para ver el Parque Forestal Catlins, más conocido como The Catlins.


The Catlins


The Catlins abarca una amplia zona rural en el extremo sureste de la isla sur de Nueva Zelanda, aún en la región de Otago. Se encuentra entre Kaka Point y Fortrose, con tierras de cultivo, bosques húmedos, acantilados, playas, ríos y cascadas imponentes. Un paisaje natural fascinante donde el viento sopla con furia creando grandes olas. Su localización remota y casi despoblada, fuera del circuito turístico habitual, le otorga un halo de misterio especial que atrae a los neozelandases. La aldea más grande de la zona es Owaka, aunque está lejos de llegar siquiera al millar de habitantes.

No recuerdo haber visto muchas gasolineras a lo largo de esta ruta, la última quizás en Owaka. Por lo que es conveniente llenar el depósito antes de ir hacia The Catlins.

Paré primero en la playa de Kaka Point, y a lo lejos, a la derecha, ya podía divisar el faro blanco de Nugget Point. Estaba lloviendo y no parecía tener pinta de parar. Desde allí, la carretera de nueve kilómetros hasta el Nugget Point Lighthouse era de grava. No estaba dispuesto a renunciar de nuevo a otro maravilloso lugar como me sucedió en el lago Pukaki y el monteCook Aoraki. Así que seguí hacia delante conduciendo despacio.

Playa de Kaka Point. The Catlins, en Nueva Zelanda
Playa de Kaka Point. The Catlins. Julio 2016

Llegué al aparcamiento del faro, y aunque seguía chispeando ligeramente, la lluvia había cesado. Fue como una ventana de luz en mitad de la tormenta. Como decirme… ¡vamos chaval, te doy 15 minutos para visitarlo!. Caminé diez minutos hasta llegar al faro, vallado. Las vistas hacia ambos lados eran simplemente espectaculares. Incluso la tormenta que ya tenía encima se veía bellísima e inmensa desde allí.

El Nugget Point Lighthouse es uno de los paisajes costeros más conocidos de la costa de Otago. Se trata de un cabo empinado, en cuya encima se sitúa un faro, y una serie de islotes rocosos (The Nuggets). La erosión hizo que dejasen de estar unidos al cabo, y dicen tener la forma de pepitas de oro. El faro se construyó en el año 1870 a 76 metros sobre el nivel del mar. Actualmente sigue en funcionamiento y está operado por la Autoridad Marítima de Nueva Zelanda, aunque el tráfico marítimo se desvió de esa zona por el gran número de naufragios.

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins. Julio 2016

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins. Julio 2016

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins. Julio 2016

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins. Julio 2016

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins. Julio 2016

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins. Julio 2016

Nugget Point Lighthouse. The Catlins, en Nueva Zelanda
Nugget Point Lighthouse. The Catlins. Julio 2016

En esa zona habita una colonia de lobos marinos, y también pingüinos, aunque yo no tuve la suerte de verlos aquel día. Quizás fuese por la lluvia, o quizás porque, debido a ésta, no me entretuve mucho buscándolos. También es común ver a delfines de cabeza blanca en las aguas cercanas.

También la bahía Roaring, a un corto paseo en dirección contraria al faro desde el aparcamiento, es un lugar aún mejor para el avistamiento de los pingüinos de ojos amarillos. Esta especie es única en Nueva Zelanda y las islas subantárticas, y también se pueden ver en la Península deOtago y Oamaru. Me dijeron que el mejor momento para verlos era por la tarde, antes del anochecer, cuando regresan a la costa tras pescar en el mar. Aún era temprano, así que no podía esperar más de medio día allí, y menos con lluvia.

Unos minutos antes de llegar al aparcamiento comenzó a llover nuevamente, y ya no cesó durante el resto del viaje, hasta llegar a las inmediaciones de Invercargill.

Para seguir el recorrido por The Catlins y llegar hasta Owaka, se debe deshacer el camino hecho algo más lejos de Kaka Point. Poco después paré un instante en mitad de la carretera porque no podía creer lo que estaba viendo: un arcoiris doble. Jamás había visto algo así. Y aunque se aprecia ligeramente en la fotografía, el real era totalmente nítido y definido. No fue el único que vi en mi viaje por Nueva Zelanda.

Hay varios senderos para recorrer en The Catlins. El más popular es el Catlins River Wisp Loop Walk, en el que se pueden ver las cataratas Purakaunui y Jack’s Blowhole. Veía el aparcamiento o el desvío hacia rutas y cataratas, pero la lluvia caía fuerte y hubiera sido de locos ir sin chubasquero o paraguas. Tan solo paré en algunos miradores justo al lado de la carretera, y a veces ni me bajaba del coche. Simplemente contemplaba el paisaje costero durante un rato antes de continuar. Sobre todo ello, podéis encontrar información en la páginaweb oficial de The Catlins.

The Catlins, en Nueva Zelanda
Arcoiris doble. The Catlins. Julio 2016

The Catlins, en Nueva Zelanda
The Catlins. Julio 2016

The Catlins, en Nueva Zelanda
The Catlins. Julio 2016

The Catlins, en Nueva Zelanda
The Catlins. Julio 2016

The Catlins, en Nueva Zelanda
The Catlins. Julio 2016

Esa fue la razón por la que tampoco pude ir al punto más meridional de la isla sur de Nueva Zelanda, el Slope Point. Esto sin tener en cuenta a la siempre olvidada isla Stewart. Allí, sobre los acantilados, se encuentra el famoso letrero que indica la distancia hasta el Ecuador, 5140 kilómetros, y el Polo Sur, 4803 kilómetros. La foto la he tomado prestada de la página web oficial de Nueva Zelanda. Muy cerca se encuentra la bahía Curio y su bosque petrificado que data del periodo jurásico, hace unos 180 millones de años. ¡Ahí, cuánto me perdí aquel día!.  

Slope Point, The Catlins, en Nueva Zelanda
Slope Point. The Catlins. Julio 2016

Muy cerca del Slope Point, en la bahía Curio, hay un camping gratuito para cualquier vehículo, el Weirs Beach Reacreation Reserve. Como no llegué a desviarme hacia allí, seguí conduciendo hasta el final de The Catlins, el pueblo Fortrose. Allí hay otro camping gratuito, el Moray Terrace – Fortrose Township. En Invercargill todos son de pago, así que quería echarle un vistazo por si regresaba por la noche para dormir. Entre que no me gustó mucho, no sólo el aparcamiento, sino el pequeño pueblo en general, y que aún estaba a 45 kilómetros de Invercargill, decidí continuar hasta la ciudad.


Invercargill


Llegué por fin a Invercargill, la capital de la región de Southland y la ciudad más al sur de Nueva Zelanda. En realidad, una pequeña población llamada Bluff y situada a 18 kilómetros de allí es la más meridional del país. Surgió en la década de 1850 cuando la población escocesa de Dunedin comenzó a comprar tierras en el extremo sur del país. Junto a Hobart, en Tasmania, son las dos ciudades del mundo más cercanas al Polo Sur. Semanas más tarde, completaría mi viaje por Nueva Zelanda de punta a punta cuando llegué al cabo Reinga, en el extremo norte de la isla norte

Fui directamente al centro de la ciudad, y encontré la oficina de turismo abierta. Resultó ser también un hostal para mochileros, con cafetería incluida. Me dieron un mapa de Invercargill, e información sobre la excursión al fiordo Milford Sound, mi siguiente destino. Tenían camas disponibles, una opción segura si no encontraba un lugar adecuado donde aparcar, aunque debía confirmar algo antes de que cerrasen. También estaba al lado de la biblioteca pública, cuya conexión wifi utilicé para recibir y enviar algún mensaje.

Me dijeron que las calles aledañas eran las comerciales, pero allí no había casi nadie a las 16:30 de aquel domingo. Parecía una ciudad muerta, y el frío era horrible. Aún así estuve paseando por las calles vacías del centro de Invercargill. Me acerqué también hasta la Basílica de Santa María, al lado del Jardín Otepuni. Es una iglesia católica de estilo victoriano inaugurada en el año 1905 y catalogada como Lugar Histórico de Nueva Zelanda. 

Invercargill, en Nueva Zelanda
Calles centrales de Invercargill. Julio 2016

Basílica de Santa María. Invercargill, en Nueva Zelanda
Basílica de Santa María. Invercargill. Julio 2016

Jardín Otepuni. Invercargill, en Nueva Zelanda
Jardín Otepuni. Invercargill. Julio 2016

Caminando llegué hasta el parque Queens, pero ya era tarde y decidí dejarlo para el día siguiente, aunque su aparcamiento parecía un buen lugar para pasar la noche en la campervan. Regresé al lado de la oficina de turismo, y entré en un bar a tomar algo. Utilicé su wifi para reservar un crucero por el fiordo Milford Sound dos días después. Utilicé para ello los descuentos disponibles en la página Bookme.co.nz, de la que ya hablé en estos consejos generales para viajar por Nueva Zelanda. Por suerte, antes de hacerlo, me dio por comprobar el tiempo, que sería bueno para el día siguiente, pero muy malo, con lluvias, los dos siguientes. 

Ya me había quedado claro durante la tarde que Invercargill no es la ciudad más bonita ni entretenida de Nueva Zelanda, a pesar de tener planeado pasar allí al menos un día más. Y Milford Sound, sin embargo, era una de las estrellas de mi viaje por Nueva Zelanda, y uno de los lugares más hermosos del país. Así que no dudé ni un segundo y cambié todos mis planes.

Reservé el crucero para las 11:45 del día siguiente con la compañía Jucy por 59 dólares neozelandeses. Había dos horarios más, el más temprano y barato, a las 9:45, al que no llegaría a tiempo, y el más tarde y caro, a las 13:45. Este último está pensando para las excursiones de ida y vuelta en un mismo día desde Queenstown.

Esa misma calle principal de Invercargill es la número 6 de la isla sur de Nueva Zelanda, que te lleva hasta Queenstown, y continúa después hasta el extremo norte de la isla por la costa oeste de la misma. Yo tenía que desviarme poco después de Lumsden hacia Tea Anau y la carretera 94. Llené el depósito de gasolina y cené el McDonald’s de esa misma calle, el que dicen es el McDonald’s más al sur del mundo.

Comencé así un viaje nocturno de dos horas y 155 kilómetros, con lluvia y frío. Conduje despacio y no tuve ningún problema, pero llegué a Te Anau con los ojos muy cansados. Sólo quería encontrar un sitio para dormir tranquilamente unas horas, antes de continuar temprano hacia Milford Sound. Eran casi las once de la noche, y vi señales de prohibido acampar en la calle frente al lago Te Anau. A través de la aplicación Rankers Camping NZ supe que no había ningún camping gratuito en el pueblo. Callejeé un rato, y encontré un gran aparcamiento vacío en una calle paralela y frente al pequeño parque Lions. Todo parecía muy tranquilo allí. Así que aparqué donde las farolas menos molestaban, corrí las cortinas interiores de la campervan y dormí unas horas.

En resumen, The Catlins es una zona casi despoblada de paisajes impresionantes. El faro y los islotes de Nugget Point Lighthouse es uno de ellos. Invercargill, sin embargo, me pareció una ciudad fría y sin vida, totalmente prescindible en un viaje por Nueva Zelanda. Si dispones de poco tiempo, iría directamente desde Dunedin a Te Anau o Queenstown sin pasar por esta zona. 


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