El viaje comienza en Bangkok

Bangkok, una monstruosa ciudad llena de vida y contrastes, que te agobia con su tráfico y su temperatura, pero a la vez te cautiva con sus templos, su cultura y su gente.


Después de llevar una semana en Tailandia, por fin dispongo de un momento tranquilo para completar las notas que he ido tomando con papel y boli durante estos días, y poder publicar esta entrada. Tampoco ha sido fácil encontrar una conexión wifi decente, especialmente al llegar a los hostales, cuando todos los extranjeros intentamos conectarnos a la vez.

No obstante, antes de empezar, me gustaría dar las gracias a Juan, mi mejor amigo, mi "hermano" mayor, un gran regalo de la vida, y a su esposa y también amiga Mª Carmen. Gracias por todo vuestro apoyo, ayuda, hospitalidad y cariño. Por esa última noche en España y por estar siempe a mi lado. Y para los que estáis leyendo esto, una curiosidad que olvidé mencionar en la entrada ¿Por qué La Aventura del Dragón?. El mismo día que me tatuaron el que hoy es el símbolo de este blog, Juan se hizo otro en su brazo izquierdo con la palabra dragón escrita en letras chinas, porque su horóscopo chino sí es el dragón.

También comentaros algo sobre la aerolínea con la que llegué a Tailandia, Aeroflot, la que puede ser la Iberia rusa, ya que sus precios son más asequibles que en otras compañías. La verdad es que tenía mis dudas, porque no la conocía de nada, ni siquiera me sonaba su nombre, me sorpendía lo económico de sus tarifas, vi comentarios no muy buenos de viajeros anteriores al 2010, y también está el actual conflicto con Ucrania. Después de hablar con un compañero de universidad que viaja habitualmente a Rusia, su recomendación fue clara, viaja con ellos, no hay ningún problema, la flota es moderna y el trato correcto, aunque no se manejen mucho con el inglés. Y efectivamente resultó así, aviones cómodos, especialmente el segundo que era el trayecto largo, buena comida y puntualidad exquisita. Eso sí, llegamos con algo de retraso a Bangkok porque hubo un cambio de ruta durante el camino por el mal tiempo. De hecho las turbulencias fueron constantes. Según el trayecto original del mapa de vuelo, debíamos entrar a China, y desde allí a Tailandia por el norte de Myanmar, y finalmente lo acabamos haciendo por India y el sur de Myanmar, aunque supongo que no muchos de los viajeros se percataron de ello. También estaba en lo cierto mi amigo respecto al poco inglés del personal, pero como siempre, eso no representa ningún problema. En definitiva, billete de ida a Bangkok vía Moscú con Aeroflot por 269 € (por un día se me escapó su precio original, 249 €) muy recomendable. ¡Gracias Buitre!. Por cierto, entre los platos de la cena había las típicas galletas de la fortuna chinas, y esto es lo que me salió: "you are the master of any situation" y "you should be able to undertake and accomplish anything". Para el que sea tipo ruso con el inglés, significan, respectivamente, "eres el dueño de cualquier situación" y "deberías ser capaz de emprender y lograr cualquier cosa".

Ya en la cola de facturación del aeropuerto de Madrid, Barajas (aprovecho para decir que me pareció una auténtica patochada y derroche innecesario de dinero su reciente cambio de nombre), conocí al que, hasta el momento, sigue siendo mi actual compañero de viaje, Antonio, y que resultó tener un plan similar al mío, aunque de menor duración. Una vez en Bangkok, me recomendó cambiarme al hostal donde se alojaba después de la primera noche, y fue un acierto, aparte del hecho de poder realizar las excursiones juntos, y de que la adaptación a esta nueva vida resulta más amena si durante los primeros días viajas con alguien que habla tu misma lengua. Compartí la habitación con otras siete personas más, lo que ayuda a conocer a más gente, empezar a soltarte, hacerte con consejos sobre sitios interesantes que visitar fuera de los típicos... De vez en cuando, llega algún jovencito alemán prepotente y poco respetuoso, que se lanza a la cama de abajo como si de una piscina se tratase, o colapsa de ropa la escalera por donde hay que subir a la cama de arriba, y que te hace acordarte de aquel dicho de "una buena hostia a tiempo quita muchas tonterías"... ¡la luz en mí, la luz en mí! (esta frase es de la película "Días de fútbol", muy recomendable si quieres echarte unas risas). Lo único negativo es que a la gente le gusta dormir con el aire acondicionado funcionando toda la noche a 22 ºC, así que terminas haciendo uso de la colcha que te proporcionan, y pensando en la cantidad de energía derrochada si en todos los hostales sucede lo mismo. El nombre del hostal es "Saphaipae Hostel", en la calle Surasak, zona de Silom, y al lado de la estación surasak (S5) del sky line.

Booking.com

Bangkok


Volvamos a la primera tarde en la ciudad, antes del cambio de hostal. A pesar del cansancio del viaje, fui a dar una vuelta por la ciudad, y la primera impresión de Bangkok no pudo ser mejor, excepto por el sofocante calor y pegajosa humedad. Todo parecía distinto a cualquier otro sitio donde hubiera estado antes, incluso se podían captar olores nuevos. En Bangkok hay muchííííííísimo tráfico, es agobiante y caótico, y casi te juegas la vida cada vez que tienes que cruzar por un paso de cebra, porque no paran, así que cuidado los que vayáis.

Terminé llegando a la famosa zona de mochileros, Khao San Road, que está repleta de turistas, pubs, gente dándose masajes en los pies casi en la calle, hostales baratos. Mola el ambiente, muy recomendable.  

Para cenar, decidí entrar en una pequeña calle cercana al hostal donde sólo había gente local y las camareras o dependientas no sabían ni una sola palabra en inglés. Así que le indiqué lo que quería comer por gestos, y aunque la salsa tenía un punto picante, estuvo muy buena. Antes de pagar, se sentó un chaval joven a cenar cerca de mí, y terminó siendo el que me tradujo el importe de la cena, un euro al cambio. Algo de lo que empecé a darme cuenta esa misma tarde, y que se ha ido confirmando posteriormente, es que las escalas de los mapas son siempre erróneas, por lo que las distancias acaban siendo siempre mayores de lo que inicialmente parecen.

Al día siguiente, para ir desde mi hostal hacia el del otro español, tomé un taxi, al que el recepcionista del hostal le indicó en tahi la dirección a la que llevarme. Y sí, puso el taxímetro, tenía aire acondicionado e iba bien vestido, pero el personaje eruptaba sin parar y se estiraba metiendo los brazos en la zona de los pasajeros mientras soltaba un gran ahhhhh, a lo que seguía una risotada un tanto preocupante. No hablaba nada de inglés, y no quiso mirar el mapa donde le mostraba el punto al que llevarme para confirmarlo, es posible que fuese incluso analfabeto. Mucho mejor y más simpático resultó el conductor del primer taxi que cogí el día anterior, que careciendo de muchas piezas dentales y con un coche notablemente más humilde, que llevaba el techo plagado de anuncios de excursiones varias, no paró de charlar conmigo durante el trayecto y aconsejarme algunas de ellas. Ya sabéis, las apariencias engañan.

Techo del taxi con anuncios de excursiones. Bangkok. Febrero 2015.

Por cierto, los taxis y tuk-tuks en Bangkok son muy baratos al cambio, pero si los primeros no te ponen el taxímetro, te pueden cobrar dos o tres veces el precio del trayecto real, especialmente en la zona de Khao San Road. Los tuk-tuk aún más, son unos auténticos piratas, y decidimos dejar de negociar con ellos, porque era perder el tiempo. Lo que sí va como un tiro es el sky line y el metro, vas fresco y no tardas nada, por lo que siempre que tengáis la oportunidad de hacerlo, es la mejor opción en comparación con el taxi, especialmente en las horas puntas.

Otro día, caminando solo hacia el parque de Lumphini, me paré un segundo para comprobar la ruta en el mapa. Se me acercó un tipo bien arreglado que me dijo que era doctor, y que dicho parque estaba cerrado durante la mañana de ese día por trabajos de mantenimiento. Me aconsejó ir a no sé qué sitio más al norte que estaba más orientado al turista. Hice caso omiso y llegué al parque que, por supuesto, estaba abierto. Esto es algo que ya te avisan las guías o varios blogs que leí, no sólo por la calle, también en las cercanías de templos y otras zonas turísticas.

No voy a relatar aquí la historia de cada uno de los templos que debes de ver en Bangkok, porque eso me llevaría mucho tiempo y no es el propósito, al menos por ahora, de este blog. Pero sí deciros que no os podéis perder el Gran Palacio y Wat Phra Kaew, y el Wat Pho o Templo del gigantesco Buda Reclinado (quizás aún más grande que el que encontré meses después cerca de Fukuoka, en Japón). El Wat Arun o Templo del amanecer, al otro lado del río, completa la terna, pero me pareció menos espectacular que los otros, quizás porque estaba en obras de mantenimiento. En el primero de ellos, debes llevar pantalón largo, aunque te dejan uno allí mismo depositando una fianza de 200 baths si te olvidaste de ese detalle, como en mi caso. Y se recomienda ir temprano porque luego se llena de gente. Pero aquel día, a primera hora, ya había toda una horda de chinos armados con sus palos para selfies y dispuestos a invadir el recinto. Otro que no podéis perderos es la Golden Mountain, desde el que además se disfrutan de bonitas vistas del resto de la ciudad. Descubrirás lo monstruosamente grande que es Bangkok, porque es imposible distinguir un horizonte que no sea ciudad.

Gran Palacio, Bangkok. Marzo 2015.

Wat Phra Kaew, Bangkok. Marzo 2015.

Buda Reclinado en el templo Wat Pho, Bangkok. Marzo 2015.

Buda Reclinado en el templo Wat Pho, Bangkok. Marzo 2015.

Respecto a la posición de las manos de Buda en los diferentes templos, hay dos que se repiten sobre el resto. En la primera de ellas, la mano izquierda permanece en reposo sobre la pierna, mientras que la derecha se eleva, con la palma hacia afuera y los dedos abiertos. Representa la ausencia de miedo y protección. Mientras que en la segunda, la mano izquierda sigue igual y la derecha, con el dorso hacia delante desciende con los dedos extendidos hasta tocar el suelo. Simboliza el poder de la tierra, la resistencia a la tentación, el permanecer impertubable. No obstante, en Ayutthaya nos enteramos de que los distintos Buda también están relacionados con los días de la semana. Es decir, hay una posición distintas para cada uno de los días de la semana, excepto el miércoles que tiene una variante. De esta manera, según el día de la semana en que hayas nacido, veneras a uno u otro por encima del resto.

Una de las visitas que te recomiendan algunas guías y blogs de viaje, es la zona de Soi Cowboy, a la que definen como el barrio rojo (Amsterdam) de Bangkok. Sinceramente, a mí me pareció que está bastante lejos de aquello, porque me resultó como poco incómodo que niñas de quince años, algunas quizás menos, estén allí llamándote la atención para irte con ellas dentro del local, a veces casi rogándotelo con carita de pena. Pero lo realmente vergonzoso es que dos coches de policía flanqueasen ambos extremos de la calle, y permitan todo aquello. Lo que tampoco terminé de entender es que las mujeres extranjeras se sentasen por allí a tomar algo viendo tranquilamente todo aquello. Nosotros nos fuimos rápidamente de allí. Debe ser que estoy chapado a la antigua o tengo una mentalidad conservadora para algunos temas. Sea como fuese, no creo que guías o blogs deban publicitar esa zona, más bien todo lo contrario. así que desde aquí hago la denuncia sobre esta zona, deseando que los que lo leáis, si vais a Bangkok, no ayudéis a fomentar este tipo de turismo con vuestra visita. A cambio, sí recomiendo la vista por el mercado nocturno de Patpong, que sí tiene más pinta de barrio rojo de Amsterdam y no ví a ninguna menor por allí. Además tiene locales con música en directo, y un mercado de ropa y demás artículos de compra intercalado por esas calles.

Los fines de semana se alza el mercado de Chatuchak, al que puedes llegar con el sky line, estación Mo Chit. Un mercado inmenso, que guarda una sorprendente organización dentro de su caótica estructura: la parte de tiendas de ropa y complementos por un lado, la de peces y acuriarios por otro, la del resto de animales por otro, las de arte y decoración por otro. Puedes encontrar todo a precios más asequibles que en el resto de la ciudad.

Mercado de Chatuchak, zona de pece, Bangkok. Febrero 2015. 

Mercado de Chatuchak, zona de arte, Bangkok. Febrero 2015. 

Una de las típicas excursiones que ofrecen a los turistas, con su consecuente clavada, es ir al mercado flotante de Mae Klong, a unos 100 km al suroeste de Bangkok. Nosotros decidimos ir al que hay en la propia ciudad, el Radmayom floating market de Bangkok, por recomendación de una brasileña que conocimos en el hostal. Todo un acierto, porque es un mercado local en el que apenas te cruzas turista extranjeros, y en el que no paran de regalarte sonrisas por todos lados. También puedes tomar un pequeño bote para que te den una vuelta por los canales. Allí estuvimos hablando con una tailandesa que trabaja de enfermera en el hospital para extranjeros, y en el mercado los dos días del fin de semana, sin disfrutar de un solo día de descanso al año. Y no ha sido la única persona en Tailandia que nos ha dicho lo mismo, debe ser lo más habitual por aquí.

Mercado flotante de Radmayom, Bangkok. Marzo 2015.

Paseo en bote tailandés por el mercado flotante de Radmayom, Bangkok. Marzo 2015.

En todos los países, incluso en España siendo español, las turistadas se pagan, y aquí no iba a ser menos. Y no sólo en las excursiones, también en las comidas. Si un día, cansado de arroz frito o pad thai, te apetece comer o beber algo más occidental, tipo pasta, pizza o hamburguesa de McDonald's, clavada al canto. Al cambio es similar que en España, pero es tres o cuatro veces superior al precio de la comida tailandesa. Aprovecho aquí para tumbar uno de esos mitos sobre el no probar la comida de los puestos de la calle. ¡No pasa nada!, la comida está buena y en algunos hay mucha rotación de comida y no paran de cocinar nuevos alimentos. Claro, lo que no voy a hacer es pedir un pescado que lleva al sol un buen rato. Y lo que sí suelo hacer es entrar en los locales donde veo tailandeses comiendo, porque eso asegura que la relación calidad/precio será buena.

De todas formas, si te ves en un apuro con la comida o se te ha hecho tarde, siempre puedes recurrir a los 7-eleven, que aquí están por todas partes y no tendrás que ir muy lejos para encontrar alguno. Además abren las 24 horas. Lo que sí es curioso es que no encontrarás papeleras por ningún sitio, así puedes cargar tu botella de agua vacía durante un buen rato, hasta que decides dársela a algún dueño de un puesto de la calle, y algunos no te ponen muy buena cara. Parece ser que cada establecimiento se encarga de la recogida y reciclaje de su propia basura, porque tampoco se veían muchos contenedores de basura por las calles. Aunque de esto tengo que buscar más información, queda pendiente.

Para terminar por ahora, cuando viajo, me gusta salirme de las calles principales y callejear un poco, porque es donde ves realmente cómo vive la gente local. Y lo que descubres en Bangkok son casas muy humildes y pequeñas, o gente que duerme en lo que para nosotros sería una cochera, donde quitan los tratos utilizados durante el día, meten la moto, extienden una colchoneta sobre la que dormir y echan el cierre. En una de estas incursiones, comentando con un paisano que acabábamos de ver un cocodrilo en la otra orilla del canal, y éste asegurarnos que no pasaba nada, que era lo normal y no atacaban, charló un momento con nosotros y nos invitó a entrar en su casa y sacar una foto. Sin duda alguna, lo mejor de Bangkok es su gente.

Bangkok. Marzo 2015. Si hacéis zoom de la mitad de la imagen hacia la izquierda, en la zona de cemento arriba del canal, veréis el cocodrilo.

Bangkok. Marzo 2015. Casa de un tailandés y su hijo, al lado de uno de los canales.

Sinceramente, Bangkok no me llamó la atención en exceso, aunque suele pasarme con todas las grandes urbes. Me parece una ciudad no apta para el peatón, mucho menos si tienes alguna discapacidad. Es la típica ciudad que ves lo monumentos y zonas más interesantes y te vas. Creo que disfrutaré mucho más del norte de Tailandia y su naturaleza. Por el momento, los maravillosos templos de Ayutthaya y Sukhothai me esperan en mi próximo destino. 

No podía despedirme sin copiaros el poema que me envió mi amigo Marcos como despedida. ¡Gracias Marquitos!.

EL CAMINO DE LA VIDA

En el camino aprendí,
que llegar alto no es crecer,
que mirar no siempre es ver
ni que escuchar es oir
ni lamentarse sentir
ni acostumbrarse, querer...

En el camino aprendí,
que estar solo no es soledad,
que cobardía no es paz
ni ser feliz, sonreir
y que peor que mentir
es silenciar la verdad.


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1 comentario :

  1. Mate, no tienes que darnos las gracias, nos hizo ilusión que pasarás con nosotros tu última noche antes de irte a tu gran aventura. No sé si te diste cuenta, pero Mc soltó más de una y de dos lágrimas.......todo lo que tiene de carácter, luego lo tiene de sensible, hay está su encanto. Muchas gracias por considerarme tu mejor amigo y tu "hermano" mayor, nunca nadie me lo había dicho antes y me llena de orgullo. Realmente no hice nada, sino vivir contigo unas cuantas aventuras ehhhh !!!!!, casi todas buenas, aunque algunas tristes, sobre todo las mías familiares en las que me demostraste lo que me aprecias. Por las fotos, parece un país muy exótico y curioso para visitar, aunque el tema del idioma puede ser un hándicap.Aplica el famoso refrán...."Donde fueres, had lo que vieres". Agita tu presente, "respira tranquilidad" y llénate de energía. Pensando el otro día sobre los motivos de tu marcha, me viene un par de frases que leí y que creo que encajan bien con las razones, me gustaría compartirlas: a) Que el timón de tu vida sea la elección, no la inercia, b) Por cada situación que lamentar, siempre hay mil que celebrar. Un abrazo fuerte y besos de Mc

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