El Parque Nacional Kenting y el turismo de playa

El Parque Nacional de Kenting se sitúa en la península de Hengchun, en el extremo sur de la isla de Taiwan. Es muy popular entre los turistas, más locales que extranjeros, por sus playas de arena, algo inusual en Taiwan, donde la mayor parte de ellas son de piedras o directamente acantilados.

Calle Kenting. Diciembre 2015



El día, desde que dejamos Taitung por la mañana, no había sido el mejor, pero por fin nos encontrábamos en el Parque Nacional Kenting, en la famosa calle del mismo nombre. Ya se habían levantado los puestos de un mercadillo nocturno lleno de vida, con un ambiente propio de un lugar muy turístico, como era el caso, y más siendo fin de semana. Y ese fue el problema, llegar allí un sábado, cuando los precios de los alojamientos suben considerablemente. Algo más alejado de esta calle, se pueden encontrar varios resorts, para otro tipo de bolsillos.

Al bajarnos, por fin, del coche de aquel especie de psicópata chino con la boca totalmente roja y sin educación ninguna, una señora de mediana edad en moto se acercó para ofrecernos ver su hostal. Antes de salir de Taitung, había ojeado los precios de los hostales de Kenting, todos caros, pero llevaba una idea del rango que era "razonable". Ella nos dijo 3.500 NT por dos noches, regateamos un poco, bajó el precio, y la acompañamos a ver la habitación, que estaba allí mismo. Nos gustó, era amplia y limpia. Volvimos a regatear, diciéndole que nos gustaba pero nuestro límite eran 2.000 NT. Como no lo tenía muy claro, le dijimos que íbamos a ver otros lugares, que ese era el primero, y que volveríamos. Y así lo hicimos. 

Los otros lugares a los que fuimos eran más caros, o tenían camas individuales en dormitorios compartidos prácticamente al mismo precio. Finalmente, la señora, a la que pareció que le caímos bien, nos dejó la habitación por los 2.000 NT. Lo único es que teníamos que cambiarnos al dormitorio contiguo al día siguiente, un poco más pequeño, pero igual de bien. El nuestro, más grande, ya estaba reservado por una familia con un niño pequeño. El lugar se llamaba Kenting Minimi, y es muy recomendable. Además, se sitúa al comienzo de la calle Kenting, por lo que se evita el ruido que se genera más adelante. 

Nos duchamos y dimos una primera vuelta por una calle con puestos de comida, recuerdos y ropa. En algunos de ellos se cocinaba un tipo de tofu con un olor insoportable, al menos para mí. Los precios de los restaurantes también eran caros, así que elegimos uno local, al lado del hostal, que nos había recomendado previamente la dueña. Elegimos varios platos típicos y todos tuvieron buen sabor.

Volvimos a la calle Kenting para recorrerla hasta el final, tranquilamente, mientras devorábamos un helado de kiwi y plátano exquisito. Sin exagerar, una de las mejores combinaciones de helado que he probado en mi vida. 

Adivinar qué se vendía en este puesto. Calle Kenting. Diciembre 2015

Preguntamos el precio de alquiler de motocicletas en algunos locales, y todos eran iguales o más altos que el que nos había dado la dueña del hostal, por lo que cuando regresamos, le confirmamos que cogeríamos una al día siguiente, por 400 NT las 24 horas. Ya en la habitación, echamos un vistazo a la ruta que seguiríamos tras desayunar.

Comenzamos el día conduciendo a lo largo de la ruta 26, y parando en todos los principales puntos recomendados de la misma. En realidad, la calle Kenting también es parte de ella, con otro nombre más conocido en esa zona, pero la carretera viene ya desde Hengchun. Bajamos primero en la roca Little Boy, donde hicimos un pequeño y sencillo trekking, pero con buenas vistas hacia la playa.

Vistas desde la roca Little Boy. Kenting. Diciembre 2015

Vistas desde la roca Little Boy. Kenting. Diciembre 2015

Seguimos hasta la famosa roca Chuanfan, a la que la acción erosiva del mar ha dejado, según dicen, cara de gorila. La zona estaba llena de turistas sacándose la típica foto besándola. Llegamos así hasta el parque del cabo Eluanbi, el punto más meridional de la isla de Taiwan. Visitamos el templo situado antes de la entrada, que tiene en su parte central un dragón con unos ojos rojos brillantes. La principal atracción del parque de Eluanbi es su faro. También contiene un par de miradores con bonitas vistas a los que se llega por sencillos caminos marcados.

Roca Chuanfan. Kenting. Diciembre 2015

Templo Eluanbi. Kenting. Diciembre 2015

Faro Eluanbi. Kenting. Diciembre 2015

Tras comer algo por allí, continuamos hacia una zona de acantilados de nombre Longpan, donde las vistas son, posiblemente, las mejores de toda la ruta 26. Así llegamos hasta la desembocadura de un río bajo el puente Jialeshuei, que también está marcado como punto de interés turístico, aunque a mí no me pareció nada especial. Hay opción de alquilar piraguas.

Allí termina la carretera 26 para comenzar la de número 200, que nos llevaría hasta Hengchun, para tomar nuevamente la 26 hasta Kenting. Cerca ya de la ciudad de Hengchun, se encuentran el Chuhuo Nature Fire, una zona con emanación de gases naturales, donde si se produce fuego por la noche, es bastante espectacular de ver. Esto según las fotografías que mostraban a la entrada, porque nosotros, a media tarde, no pudimos ver nada de eso.

La ciudad de Hengchun posee varias puertas de la antigua muralla de la ciudad, pero no mucho más que merezca ser destacado. Algún que otro mercado local. Por último, de camino y cerca ya a Kenting, paramos en la South Bay para ver el atardecer desde la playa. Desde allí, también se podían ver las torres de refrigeración de la central nuclear cercana.


Vistas desde los acantilados de Longpan. Kenting. Diciembre 2015

Puerta antigua de Hengchun. Kenting. Diciembre 2015

Anochecer en la playa de South Bay. Kenting. Diciembre 2015

En todo el trayecto confirmamos lo que me había adelantado algún amigo, que los chinos, en general, y los taiwaneses, en particular, conducen rematadamente mal, haciendo lo que únicamente les interesa a ellos, sin tener en cuenta a los demás vehículos o peatones. Varios coches pasaron a centímetros de nosotros mientras conducíamos la motocicleta, a los que les dí una gran pitada, aunque no parece muy común allí. Y vi lo mismo con personas en bicicletas. No es que no guarden la distancia de seguridad, es que casi te pasan por encima para seguir su camino. Incluso estando parados en un semáforo, un autobús prácticamente me rozó la pierna. Y casi nos atropellan dos veces. Acabé bastante cabreado en este sentido. En definitiva, tened cuidado los que conduzcáis algún vehículo por allí, especialmente si es una motocicleta. 

Era domingo, y el ambiente en la calle Kenting menguó respecto al de la noche anterior. Eso significaba que mucho del turismo que se concentra allí durante el fin de semana es local. En realidad, para nosotros, resultaba mejor, porque encontrabas absolutamente los mismos comercios o restaurantes, pero con muchos menos clientes, y se podía pasear tranquilamente sin recibir empujones.

Al día siguiente nos levantamos pronto para aprovechar las dos horas y media que nos quedaban del alquiler de la moto, y entramos al Parque Nacional Kenting. Paramos frente al monte Dajian para fotografiarlo, a cuya cima no habría dudado en subir de haber viajado solo. Seguimos hasta el Área de Recreación Forestal de Kenting, donde dimos un paseo por el bosque, a través de un camino hecho, sin dificultad, hasta llegar a un mirador. Nos cruzamos con un grupo de chinos, a los que se les reconoce fácilmente porque van hablando a gritos entre ellos. ¿Escuchar la paz de la naturaleza?. Sí, siempre que no encuentres uno de éstos.

Montaña Dajian, en el Parque Nacional Kenting. Diciembre 2015

Vistas desde el Parque Nacional Kenting. Diciembre 2015

Aunque aún nos quedaba tiempo, no era suficiente como para desplazarnos a otro lugar nuevo, así que optamos por regresar al hostal, reservar el de Kaohsiung, nuestro siguiente destino, y recoger las mochilas. Cogimos un autobús para ir hasta allí, el número 9188, por 332 NT por persona, y con una duración de trayecto que se aproximó a las tres horas debido al tráfico. Hay otro autobús más rápido, el 9189, que sin embargo no para en la estación de ferrocarril de Kaohsiung. Como el hostal que habíamos reservado estaba cerca de ésta, elegimos el primero. Ambos cuentan con varias paradas a lo largo de la calle Kenting, una de ellas, frente a nuestro hostal y la entrada al Parque. Allí mismo también nos ofrecieron llevarnos en coche, tanto en taxis "oficiales", como en coches o furgonetas privadas, con más gente hasta completar todos los asientos, por 300 NT. No quedaban dos asientos juntos en ésta, y el conductor no sabía inglés, como el que nos llevó hasta allí en una mala y estresante experiencia. Así que, dado que el precio era similar y no llevábamos prisa, nos quedamos con el autobús, cuyo billete pagamos directamente al conductor al subirnos.

En resumen, en Kenting se da cita un tipo de turismo de playa que no se ve en el resto de la isla de Taiwan. El ambiente nocturno se concentra en la calle que lleva el mismo nombre. Fuera de eso, en los acantilados cercanos o dentro del propio Parque Nacional de Kenting, la naturaleza y las vistas muestran la verdadera razón para ir hasta allí. Una parada de dos días es recomendable en un viaje por Taiwan.


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